Europa
Continúa la expulsión de gitanos en Francia pese a las manifestaciones
La calma vuelve a las calles francesas tras un fin de semana de multitudinarias manifestaciones contra la política de inmigración del Gobierno de Sarkozy. Más de 130 ciudades acogieron distintas marchas en las que se exigió al gobierno que acabara con la expulsión de gitanos y a favor de la acogida de lo extranjeros.
Un centenar de asociaciones y ONG de todo tipo, contando con el apoyo de partidos de izquierda, lograron que miles de personas se lanzaran a las calles. De entre todas ellas, la cita en París fue la más numerosa, con un saldo de 50.000 personas según los organizadores y 12.000 según la policía. Una marcha que partió de la plaza de la República con un grupo de gitanos al frente, tras los que ondeaba una pancarta en la que se leía "No a la política inhumana de Sarkozy".
Las comparaciones con el régimen de expulsión de judíos que se vivió en el país durante la ocupación alemana de Vichy durante la Segunda Guerra Mundial, así como los insultos hacia Nicolas Sarkozy y los ministros de interior e inmigración, Brice Hortefeux y Eric Besson, marcaron la concentración en calles parisinas.
"Francia no pertenece a Sarkozy, pertenece a los ciudadanos, incluidos los inmigrantes", aseguró Pierre Corinne, erigido en portavoz de una asociación de ayuda a los "sin papeles". Además, otras ciudades europeas también acogieron manifestaciones de apoyo a la etnia gitana -Barcelona y Madrid entre ellas, ambas con escaso éxito-. La más significativa tuvo lugar en Roma.
Balances dispares
El gobierno no ha tardado en restar éxito a las manifestaciones contra su gestión. Hortefeux aseguró que las marchas contra la expulsión de gitanos apenas lograron reunir a "unas decenas de miles de personas", un participación que constituye "una decepción" para los organizadores.
En un comunicado, el responsable de Interior considera que el número de personas que se manifestó en numerosas ciudades francesas fue muy pequeño, dada la elevada cantidad de asociaciones, colectivos, sindicatos y partidos políticos que habían convocado las protestas.
Según los organizadores, unas 100.000 personas salieron a la calle en 130 ciudades francesas en contra de la "xenófoba" política del presidente del país, Nicolas Sarkozy, de expulsar a los gitanos y destruir sus campamentos. La policía, por su parte, baraja una cifra mucho más modesta de participación y el Gobierno habla de 77.000 personas.
Para el ministro, este tipo de "manifestaciones heteróclitas", que reunían "un mosaico de partidos tradicionales y también de grupúsculos de izquierdistas y anarquistas, no pueden dictar una política". Hortefeux también indicó que continuará su acción "para hacer recular toda forma de delincuencia y defender los derechos de las víctimas, sin estigmatizar a ninguna comunidad".
Mientras, la popularidad del presidente francés ha retrocedido dos puntos en el último mes, hasta quedarse en un 32 por ciento -su nivel más bajo desde junio de 2007-, en pleno debate por las polémicas repatriaciones masivas, según recoge un sondeo publicado por el diario galo Le Parisien.