Europa

Francia comienza hoy a repatriar a 700 gitanos rumanos y búlgaros



    El Gobierno de Sarkozy comenzará hoy a repatriar a 700 gitanos rumanos y búlgaros que residen en Francia de forma irregular o que han cometido delitos menores. Un primer avión en el que viajan 60 rumanos ya ha salido del país, por lo que todo indica que la polémica deportación de miembros de esta comunidad, tras desmantelar sus campamentos ilegales, se cumplirá. Gitanos españoles piden al Gobierno que se pronuncie frente a las medidas "racistas" de Francia.

    De momento,parece que las autoridades francesas están cumpliendo a rajatabla las órdenes de Sarkozy de desmantelar los campamentos ilegales. Pese a las crecientes críticas desde dentro y fuera de Francia, hoy ha salido el primer avión, al que seguirán otros dos, -el próximo día 26 y "a finales de septiembre"-, hasta cumplir el cupo de, por lo menos, 700 personas deportadas, tal y como anunció el ministro del Interior, Brice Hortefeux.

    El primer paso está siendo el desalojo de la mitad de los campamentos gitanos ilegales contabilizados en el país. Sarkozy anunció el pasado 28 de julio que sus habitantes contaan con un plazo de tes meses para abandonar la zona, mientras que en menos de un mes ya se han desalojado más de 50 instalaciones.

    Deportaciones voluntarias

    El Gobierno no habra de expulsión, sino de deportaciones "voluntarias" de inmigrantes que aceptan irse, a cambio de un billete de avión y 300 euros por adulto o 100 euros por niño, y que, en muchos casos, acaban volviendo a Francia.

    Con las nuevas medidas, a partir de septiembre no van a poder falsear su identidad para percibir dos veces esas ayudas, porque el Gobierno ha decidido reforzar el control del fichero que ha creado para registrar a los beneficiaros e incluir en el mismo, además de los datos personales, sus huellas dactilares.

    Solo en el año 2009, según las cifras facilitadas por las autoridades francesas, unos 10.000 rumanos y búlgaros se acogieron a esas ayudas y regresaron a sus países. "Francia no la está tomando con los gitanos", como dijo el ministro Besson, pero sí parece haberla tomado con la inmigración irregular, a juzgar por el goteo de medidas que en los últimos días se han anunciado para combatir ese fenómeno.

    Posible brote xenófobo

    Rumanía ya alertó ayer sobre un posible brote xenófobo alentado por la situación de crisis económica. Bulgaria, por su parte, guarda silencio de forma oficial, aunque distintos medios y ONG han criticado el plan de "regreso voluntario" francés.

    El canciller rumano afimó temer "reacciones xenófobas". "Expreso mi preocupación por los riesgos de derrape populista y de reacciones xenófobas en un contexto de crisis económica", declaró Teodor Baconschi a Radio France Internationale (RFI). "Si intercambiamos acusaciones o criminalizamos colectivamente a grupos étnicos (...), en lugar de encontrar soluciones, generamos tensiones", agregó.

    El jefe de la diplomacia rumana insistió en la necesidad de establecer una cooperación entre París, Bucarest y Bruselas para dar solución al problema de la pobreza y falta de opciones de esta miniróa, según recoge El Mundo. Además, resaltó la necesidad de respetar la legalidad en cada expulsión.

    Mientras, las asociaciones de derechos humanos en Bulgaria critican el hecho de que la medida se centre en un grupo étnico. Además, Krassimir Kanev, presidente de la sección búlgara del Comité de Helsinki, afirmó ayer que es "absurdo" expulsar personas en el interior de la Unión Europea. Los inmigrantes devueltos a ambos países pueden volver a Francia legalmente tras su llegada y permanecer en el país hasta tres meses, como ocurre con cualquier país de la UE.