Europa
Zapatero marca distancias con Blair como presidente de la UE
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dejado entrever que no apoya al ex primer ministro británico Tony Blair para liderar la Unión Europea (UE), en un acto en Bruselas en que empezó a calentar motores como presidente de turno del bloque a partir del 1 de enero.
"Estamos en una fase preliminar" de decidir quién será el primer presidente estable de la Unión Europea (UE), ha asegurado el mandatario socialista poco antes del inicio de una cumbre de dos días de los jefes de Estado y de Gobierno de los 27.
"No me atrevería a descartar a alguien, pero la postura del Partido Socialista Europeo es una clara determinación a aspirar al (cargo) de Alto Representante" y por lo tanto abandonar la lucha por la presidencia, ha asegurado Zapatero.
Un europeísta inequívoco
Los líderes europeos tenían previsto debatir en la cumbre sus preferencias sobre quién debe convertirse en el primer presidente estable de la UE y quién en el 'súper ministro' de Relaciones Exteriores, dos cargos que se crearán con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, previsiblemente en los próximos meses.
El hecho de que los socialistas europeos, familia política de Blair, busquen ocupar el puesto de Alto Representante para la Política Exterior, permite suponer que no apoyarían al británico en su carrera por la presidencia.
Para Zapatero, el futuro presidente debe ser "un europeísta, con vocación europea y que haga una declaración de principios de fortalecimiento de la Unión y de lo común", un perfil que no corresponde a Blair, a quien se le reprocha proceder de un país euroescéptico, que no integra la Eurozona ni el espacio Schengen de libre circulación.
El británico fue además uno de los grandes aliados del ex presidente estadounidense George W. Bush en la guerra de Irak de 2003, un apoyo que muchos europeos no están dispuestos a perdonarle.
El puesto de presidente estable está concebido para acabar con el sistema rotativo entre los jefes de Estado y de Gobierno de la UE con el fin de dar un rostro y una continuidad al liderazgo europeo. No obstante, el Tratado de Lisboa prevé un período de transición de un sistema a otro, que en la práctica se traduce en que durante un tiempo habrá dos presidentes de la UE, el estable y el de turno.
Zapatero se convertirá así, siempre y cuando el texto entre en vigor en los próximos meses, en el primer líder de turno en compartir el poder con la figura de un presidente estable.