Ucrania nunca ha dejado de ser una pieza codiciada para el Kremlin. Por sus tierras pasan los gasoductos que surten del gas ruso a Europa, hasta la quinta parte del que consumen en países como Alemania, Turquía, Italia, Reino Unido y Francia. Es esta circunstancia la que ha llevado al estallido de varias disputas entre ambos países, abastecedor uno y proveedor otro; y muchos pronostican ya, de hecho, que las violentas protestas que vive Kiev estos días provoquen nuevas subidas del precio del gas.El país atraviesa su tercera recesión desde 2008 y este año se contraerá un 2 por ciento. Las reservas de su Banco Central cuentan con unos 19.000 millones de dólares, suficientes sólo para hacer frente al pago de la deuda externa y las facturas del gas que debe a Rusia. Los mercados ya le exigen un interés del 10 por ciento por sus bonos a 10 años y sus seguros contra impago de la deuda ya son los cuartos más caros del mundo, tras el rescatado Chipre, Argentina y Venezuela. Por lo que los analistas temen que el próximo año se produzca un default al estilo del argentino de finales de 2001. Kiev busca urgentemente un préstamo a buen precio. Y Rusia y China son los candidatos preferidos por el Gobierno de Victor Yanukovich. Algunos medios internacionales aseguran de hecho que Yanukovich ya ha hecho un trato con Putin, que incluiría suministros más baratos de gas y, posiblemente, créditos a cambio del rechazo del histórico acuerdo con la Unión Europea. El presidente también viajó la semana pasada a Pekín para buscar un nuevo aliado en su homólogo chino, Xi Jingping, que podría convertirse a la larga en una alternativa tanto frente a Moscú como frente a Bruselas para sostener las finanzas del debilitado Estado. Es en este contexto en el que la oposición acusa a Yanukovich de traicionar los intereses nacionales al establecer lazos económicos más estrechos con Rusia. Lo cierto es que la escalada de tensión que vive el país ha obligado a la UE a enviar a su jefa de Política Exterior, Catherine Ashton, que llegará hoy a Kiev para reunirse con el presidente Yanukovich y con los líderes de la oposición. Barricadas en Kiev Entre tanto, efectivos antidisturbios de la Policía ucraniana han comenzado a desmantelar las barricadas levantadas por los manifestantes proeuropeos concentrados desde hace días en el centro de Kiev, según denunció ayer el líder de la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma, Vitali Klitschko. La Fiscalía ucraniana ha instado a los manifestantes a abandonar los edificios públicos y retirar las barricadas y ha advertido de que quienes no cumplan podrían ser castigados. sLos manifestantes mantienen ocupados varios edificios públicos desde hace más de una semana, incluida la sede del Ayuntamiento de la capital. "La oposición debe permanecer aquí y hacer todo lo posible para impedir a la Policía cargar contra una manifestación pacífica", declaró ayer Klitschko, que instó a los ancianos y personas con problemas de salud a retirarse a sus casas por temor a una inminente intervención policial. En cualquier caso, Klitschko ha manifestado su disposición a participar en un diálogo con el presidente Yanukovich, que también respalda una propuesta para iniciar conversaciones que impliquen a las autoridades y a la oposición como "plataforma para un entendimiento mutuo".