La canciller alemana Angela Merkel coincidió ayer en un acto del Deutsche Bank con el primer ministro polaco, Donald Tusk. Se trataba de un diálogo sobre Europa y su futuro, en el que la líder alemana aprovechó para hacer un discurso de compromiso europeísta, en un momento en que entre otros los mercados, estan seguramente deseosos de mensajes tranquilizadores. Cameron y Merkel coinciden que la Unión Europea será "más competitiva y flexible"Y es que el panorama no da para menos. En un momento en el que países como Gran Bretaña, pero también Holanda, se sienten ahogados por lo que consideran una faja europea demasiado apretada, aparece, por si fuera poco, un nuevo partido en la propia Alemania con vocación antieuropea. Precisamente, ayer el periódico Handelsbaltt, hacía pública una encuesta según la cual el 19% de los alemanes estarían dispuestos a votar a esta nueva formación. Así, Merkel apostó en su conferencia por más integración europea, lo que significa más cesión de soberanía nacional de los estados. En concreto, la canciller insistió en que "los países tienen que aceptar que en algunos temas la UE tenga la última palabra". Con un diagnóstico un tanto alarmante -aseguró que "actualmente reina el caos en Europa"- Merkel lamentó que los estados miembros sólo se ponen de acuerdo "cuando están al frente del abismo" pero que "pasado el peor momento, cada cuál retoma su propio camino". En este sentido, apostó por hacer que las políticas de los gobiernos de los estados tiendan hacia la convergencia europea: "no hay que renunciar siempre a las prácticas nacionales, pero tenemos que hacerlas compatibles". Los sistemas sociales europeos tienen que ser compatibles, al menos en la eurozona, según la canciller. Esto sería necesario, dijo, para "conseguir un mercado de trabajo común y una zona euro estable". Insistió también que para fortalecer la eurozona habría que conseguir un mayor trabajo conjunto entre los estados en algunos campos.