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El San Isidro más madrileño: zarzuela, chulapos y toros



    Cada año, la primavera de Madrid no se despereza del todo hasta que el 15 de mayo el verde aflora de las praderas y los habitantes de la gran urbe se entregan a la devoción en su tradición más castiza. Ataviados con sus consuetudinarias galas, chulapos y chulapas proceden al homenaje consabido al patrón de la capital: San Isidro. Un homenaje que transporta a la capital y por un día a su pasado más folclórico, a una pintura tradicional llena de secretos, posibilidades y rincones que te descubre Guía Repsol.

    Esta fama del patrón de Madrid, amado por sus devotos pasados y presentes, se sustenta en los varios milagros atribuidos a San Isidro Labrador, figurando entre los más notables el del pozo, en el que su oración hizo elevar las aguas de un pozo donde había caído su hijo, posteriormente conocido como San Illán. Cabría atribuirle a San Isidro otro mérito, tan terrenal como divino: el de unir en una sola voz a los millones de madrileños en cada uno de sus distritos que cada año se congregan en torno a su figura.

    En este mar de ganas y preparación previo a los festejos, los madrileños ultiman los detalles para celebrar con plena magnitud el día grande del patrón como cada 15 de mayo, fecha no casual, ya que San Isidro falleció ese mismo día en el año 1130.

    El día grande se inicia con una romería, procesión del Santo y con la tradición de beber agua del pozo donde San Isidro obró el milagro antes relatado. Pero pronto la devoción se torna en algarabía y la fiesta se adueña de las calles de Madrid.

     Pero el legado de San Isidro no se circunscribe únicamente a la pradera, las rosquillas, el requiebro y el chotis. La festividad da cabida a una amalgama de actividades posibles, ya teñidas por el barniz de la tradición, como lo es disfrutar de la mejor tauromaquia en la archiconocida y reconocida Feria de San Isidro. Con un ambicioso cartel que cuelga de la plaza de Las Ventas, retratado de figuras de arte y postín que harán las delicias de la grada.No habrá mansos para los diestros, sino bravíos toros de las mejores ganaderías que venderán cara su vida ante los toreros de primera línea que pisarán la arena del ruedo.

    Algo que tampoco falta en la atmósfera de esta calima primaveral y castiza que parte a mayo por la mitad y deja a los 'Madriles' pensando en el verano, es el efluvio musical que se cierne sobre la bóveda de la ciudad en esta fecha eterna. A los sones de la tradicional zarzuela de la Plaza Mayor y en un esfuerzo por conciliar tradición y modernidad, por unir a todas las generaciones en torno a la celebración, se ha dado paso a un calendario de conciertos nocturnos que desafiarán a los pies más cansados de toda la jornada. Un Madrid para no perdérselo.