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El Pastel de Los Santos, un manjar en tiempos de Cuaresma
Masa escaldada rellena de huevo duro, longaniza, lomo en adobo, chorizo y carne de costilla de cerdo, son los ingredientes de la receta de uno de los pasteles más tradicionales de esta época del año. Según la tradición, hay que decorar el pastel con la inicial del apellido de la familia que va a comerlo, antes de cocerlo para que se dore en un gran horno de leña comunal.
Las comarcas zaragozanas de los Campos de Borja y de Tarazona conservan una ruta por los sabores sencillos del universo agrícola y son especialistas en la elaboración de este pastel castellano.
La ruta comienza en Fréscano en cuyo centro se levanta el palacio de los Duques de Villahermosa y la iglesia parroquial del Pilar, aunque su joya patrimonial es la ermita de Nuestra Señora de la Huerta, con unas pinturas góticas únicas en Aragón. Por su parte, en Magallón, la villa de al lado, el barrio de la Morería conduce hasta los restos de la iglesia mudéjar de Nuestra Señora de Huerta, reconvertida hoy en auditorio. A un paso está el ayuntamiento, un restaurado palacio de estilo aragonés. Magallón cuenta, además, con un monumento en homenaje al lingüista aragonés Fernando Lázaro Carreter, cuyas cenizas reposan en la villa.
Tabuenca se sitúa en la sierra de la Nava Alta, su
Por último, las entrañas del Parque Natural del Moncayo también son de visita obligada. Bulbuente, y Vera de Moncayo son las dos primeras etapas. Su iglesia de la Natividad guarda el retablo de San Bernardo, una de las obras cumbres del renacimiento aragonés. A 1 kilómetro de Vera está situado el Monasterio de Veruela: fundado en 1146, conserva un recinto amurallado y 11 cubos donde se alojaron los hermanos Bécquer. Un bello ejemplo que, a buen seguro, fue el paisaje idóneo para que Gustavo Adolfo Bécquer compusiera sus Rimas y Leyendas.