Especial Turismo 2020
Turismo: Qué hacer cuando la gallina de los huevos de oro se fatiga
- El número de turistas creció más de 50% en la última década
- Sin embargo, los destinos de playa siguen siendo los más solicitados
Amador G. Ayora
Madrid,
Desde que tengo uso de razón, llevo escuchando que vamos a cambiar el turismo de alpargata por otro de mayor calidad, con interés por nuestro rico patrimonio histórico. Sin embargo, las cifras siguen batiendo récord tras récord con incrementos del volumen de turistas, pero no así de su facturación.
Pese a que en los últimos tres años el gasto fue en aumento, el dinero por término medio empleado por un turista en 2018 (último dato disponible) fue 850 euros, un registro inferior a los 834 euros de cinco años antes.
El número de turistas creció más de 50% en la última década, desde poco más de cincuenta millones en 2010 a los más de 83 millones actuales. Sin embargo, los destinos de playa siguen siendo los más solicitados, mientras que los de interior tienen aún considerable margen de crecimiento.
Todos conocemos o hemos oído los problemas que tiene Barcelona o Palma de Mallorca para alojar más visitantes, mientras que ciudades como Burgos, Toledo o Cuenca no logran llenar más que en temporada alta, por poner algunos ejemplos. Otra de las tareas que quedan por hacer, repartir los visitantes durante todo el año.
El incremento del número de visitantes por debajo del 1,2% en los dos últimos años es un aviso de que las cifras no mejorarán de manera infinita. El Brexit provocó que el número de británicos que visitó nuestro país descendiera en casi de 380.000 el año pasado. Otros acontecimientos como la quiebra de Thomas Cook, que movía alrededor de tres millones de turistas anuales entre Baleares y Canarias, dejará un sentir su impacto en los próximos meses.
El incremento del número de visitantes por debajo del 1,2% es un aviso de que las cifras no mejorarán de manera infinita
La vuelta a la normalidad de los regímenes del norte de África, que debería ser una buena noticia, se convierte a menudo en una pesadilla para los hoteleros españoles, porque el precio sigue siendo el factor esencial a la hora de elegir destino por delante de otros elementos como la calidad del servicio.
La recuperación de destinos de sol y playa como Túnez, Turquía o Egipto pasará factura al sector español durante los próximos años. Medidas como la que acaba de tomar Baleares de prohibir el turismo de borrachera en alguno de sus destinos más populares son pasos dirigidos a conseguir un turismo de calidad, que sea menos vulnerable a los vaivenes económicos y sociales.
¿Cuántos turistas cogen en Barcelona o Palma? Dos de las ciudades que sufren saturación. La respuesta a este fenómeno al que han contribuido plataformas como Airbnb no puede estar en campañas de agresión para intentar expulsarlos de estas ciudades.
Más del 20% de la actividad de Barcelona procede del turismo. A nivel nacional, el porcentaje desciende a la mitad, pero sigue siendo el sector que más riqueza crea. Si España ha logrado capear el último período de desaceleración mejor que otros países es por el turismo. Naciones más ricas como Francia o Alemania han visto caer su actividad hasta casi entrar en recesión, mientras el nuestro mantiene tasas de PIB por encima del 2%. También fue el causante de la fulgurante recuperación desde la crisis.
Gracias a la importancia de este sector, la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que arranca esta semana en Madrid es la muestra mayor del orbe. El turismo es la gallina de los huevos de oro de la economía. Pero comienza a dar síntomas de fatiga y es necesaria más que nunca una política destinada a mantener vivo su crecimiento y a mejorar los ingresos.