Especial Turismo 2020

Una extensa red de transporte para los viajeros

  • El número de viajeros transportados por autobús en 2018 fue de 695 millones

Luis Marchal
Madrid,

La facilidad y promoción del transporte es un factor que influye en el crecimiento del turismo. Ocho de cada diez turistas internacionales que vinieron a España en 2018 llegaron en avión.

Viajar es cada vez más una parte importante de la vida de las personas. En 1950, se registraron 25 millones de turistas internacionales. En 2018, se alcanzó la cota de los 1.400 millones. Son datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT) –organismo especializado de Naciones Unidas encargado de la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible para todos– que avalan que vivimos en una auténtica era de la movilidad.

El desarrollo del turismo y de la movilidad en general, sea por motivos de ocio o profesionales, es imparable. El abaratamiento de todos los medios de transporte, la aparición de nuevas compañías aéreas y la competencia entre las mismas han ampliado la oferta del transporte aéreo en los últimos tiempos. Los aeropuertos cada vez son más grandes y más modernos; mientras que los vuelos low cost ayudaron a rebajar los costes del transporte aéreo en su momento.

Precisamente, la edición 2019 del informe Panorama del turismo internacional, de la OMT, constata que asistimos a una fuerte demanda de viajes aéreos. Ha crecido un 6% el tráfico de pasajeros internacionales medido en pasajero-kilómetros de pago. Las tarifas, comparadas con las de 1998, son un 60% más bajas. Los precios de los combustibles permanecen estables.

En las últimas dos décadas, el número de pares de ciudades singulares conectadas por transporte aéreo se ha duplicado con creces, siendo ya más de 20.000, y a unos costes cada vez más bajos.

El avión, aliado fundamental

El transporte en España se caracteriza por una extensa red viaria, ferroviaria y de aeropuertos y puertos. Somos el primer país en competitividad turística y una de las razones se encuentra en nuestros aeropuertos. Lo asegura Ignacio Biosca, jefe de la División de Relaciones Internacionales, Marketing Aeroportuario y Relaciones con las Compañías Aéreas de Aena, que gestiona 46 aeropuertos y dos helipuertos en España (tenemos 52). Somos el segundo país del mundo más visitado, con 82,8 millones de turistas internacionales en 2018, de los cuales más del 81% llegó en avión. Los aeropuertos de mayor volumen son Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y Palma de Mallorca.

Turismo y transporte aéreo van de la mano en nuestro país por múltiples factores. Nuestra localización, en el extremo sur del continente europeo, que es el origen principal de los turistas que nos visitan, y el hecho de que parte de nuestro territorio sea insular hacen que el transporte aéreo resulte una opción excelente para viajar. España es desde 2015 la potencia turística más competitiva del mundo, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, que analiza las fortalezas de 140 naciones receptoras de turistas internacionales. Eso hace que muchos turistas nos elijan. Sin duda, en palabras de Biosca, "la calidad de nuestros aeropuertos, y la conectividad que ofrecen los mismos, es un factor que tiene un peso importante a la hora de que las compañías aéreas decidan poner rutas a nuestro país, ya que saben que hay una elevada demanda para visitarnos".

El aéreo es indiscutiblemente un sector clave para el turismo. "La aviación y nuestros aeropuertos son la entrada al turismo internacional y potencian el turismo nacional", insiste el jefe de la División de Relaciones Internacionales, Marketing Aeroportuario y Relaciones con las Compañías Aéreas de Aena. Según datos provisionales de Turespaña, de su nota de coyuntura de compañías aéreas de bajo coste, en el último noviembre llegaron 5,7 millones de pasajeros procedentes de aeropuertos internacionales, un 3,8% más que en el mismo mes del año anterior. Entre enero y noviembre de 2019, España recibió 88,4 millones de pasajeros internacionales, un 3,6% más que en el mismo período del año anterior. El tráfico de pasajeros internacionales de compañías aéreas de bajo coste acumuló un incremento interanual del 6,6%, mientras que las compañías tradicionales decrecieron un 0,2%.

En general, el transporte aéreo es un sector estratégico en la economía mundial, por su impacto económico y su contribución social en términos de conectividad, accesibilidad, conexión y vertebración territorial. Biosca explica que su importancia en España es indiscutible por su contribución al turismo, un sector que genera actualmente más del 11% del PIB nacional. "Es por ello por lo que, hoy en día, el sector aéreo no sólo constituye un medio que dinamiza y hace realidad las relaciones comerciales y sociales entre países y territorios, sino que también actúa como una importante fuente de creación de empleo y riqueza", asevera. El transporte aéreo genera empleos directos o indirectos (aeropuertos, aerolíneas, empresas de handling, etcétera) a más de 530.000 personas, que representan aproximadamente el 2,3% de la población española.

Biosca recuerda además que el nuestro es el segundo país del mundo, y el primero de Europa, en volumen de ingresos procedentes del turismo internacional, con una cifra superior a los 65.000 millones de euros. En este concepto, sólo es superado por EE UU. A España le siguen Francia, Tailandia, Reino Unido, Italia, Australia, Alemania, Japón y China. Defiende que, en este sentido, "Aena es un activo fundamental en la cadena de valor del turismo, ya que su estrategia pasa por ser facilitador e impulsor de la llegada de turistas a España". Para ello, "ha realizado inversiones muy importantes para contar con la capacidad adecuada de manera anticipada, unos costes que se encuentran entre los más competitivos de Europa y una calidad de las infraestructuras y del servicio prestado excelentes".

Aena busca, en sus Planes de Movilidad, integrar las infraestructuras de acceso y transporte de las ciudades con las del propio aeropuerto, lo que define como intermodalidad. Disponer de un sistema de transportes bien comunicado, eficiente y sostenible, para asegurar la cohesión territorial y optimizar la conectividad de los aeropuertos con el entorno supone un compromiso para Aena. De hecho, trabaja en colaboración con otras administraciones e instituciones, como el Ministerio de Fomento, las CC AA, provincias, ayuntamientos, agentes sociales y económicos, para que las infraestructuras se integren con las de otros medios de transporte. Esto incluye el transporte público y los nuevos modelos de transporte sostenible, para los que se están destinando espacios en los aparcamientos, como son, por ejemplo, los puntos de carga para los coches eléctricos.

Dentro de los aeropuertos, con la intención de mejorar la calidad del servicio, se está poniendo el foco en que el flujo de pasajeros sea lo más ágil y cómodo posible. Ya están funcionando en los Aeropuertos de Menorca y Adolfo Suárez Madrid-Barajas proyectos piloto de reconocimiento facial para el paso previo al filtro de Seguridad y en la puerta de embarque, previo registro con el teléfono móvil personal en la aplicación de Aena. Éstos son proyectos pioneros en Europa.

El citado informe Panorama del turismo internacional concluye que la cuota de los viajes por avión ha subido del 46% en 2000 al 58% en 2018, mientras que el transporte terrestre se ha reducido del 49% al 39% en el mismo período. La tendencia del transporte aéreo a lo largo del tiempo ha sido la de crecer a un ritmo ligeramente superior al del transporte de superficie.

Esto no quiere decir que no se hayan mejorado los medios de transporte terrestres. Todo lo contrario, se han ido aumentando el número de líneas de alta velocidad en los trenes, se han mejorado las carreteras y autopistas y se ha ampliado la oferta de los coches en alquiler.

Algo muy similar ha ocurrido con los medios marítimos y el desarrollo de la industria de los cruceros, impulsada también por las continuas construcciones o ampliaciones de las terminales de cruceros de las ciudades portuarias. Los puertos españoles (hay 46 de titularidad pública) destacan por el transporte en ferry (en especial entre la península y los territorios insulares de Baleares y Canarias, y entre la península y el Puerto de Melilla y el Puerto de Ceuta), así como por una gran afluencia de cruceros y embarcaciones turísticas de gran tamaño.

Nuestra red ferroviaria se distingue por una gran interconexión entre los distintos modos de transporte (líneas urbanas, metropolitanas e interurbanas). En 2015, su longitud era de 15.900 kilómetros. Con más de 3.400 kilómetros, disfrutamos de la red de alta velocidad más extensa de Europa y la segunda en todo el mundo, sólo por detrás de China. Desde su puesta en marcha, la alta velocidad ha contado con una inversión aproximada de 51.775 millones de euros. Renfe prevé comenzar a vender los billetes de su AVE low cost, con la marca comercial AVLO, a final de enero y ponerlo en circulación a partir del 6 de abril.

La Dirección General de Tráfico (DGT) acaba de comunicar que, durante el pasado año, se realizaron más de 427 millones de desplazamientos de largo recorrido en nuestro país. La Red de carreteras de España, con más de 165.000 kilómetros, cuenta con más de 17.000 kilómetros de vías de gran capacidad (autopistas de peaje, autopistas libres y autovías). De hecho, es la red de vías rápidas más larga de la Unión Europea y la tercera del mundo, solo por detrás de China y EE UU. Hemos comenzado el año con la liberalización de dos autopistas de peaje, la AP-7 entre Alicante y Tarragona (474 kilómetros) y la AP-4 entre Sevilla y Cádiz (94 kilómetros), quedando 1.200 kilómetros de autopistas de peaje.

Por su parte, el sector del transporte en autobús cerró 2019 con una facturación de 3.600 millones, un 4,5% más que en 2018, según el Observatorio Sectorial DBK de Informa. Si bien, el segmento de larga distancia se vio "afectado por la competencia del tren de alta velocidad y el avión".

En líneas regulares de uso general, el número de viajeros transportados por autobús en 2018 fue de 695 millones. Al comenzar 2019, 3.380 empresas estaban autorizadas para el transporte público de viajeros, con unos 45.500 vehículos disponibles para ello. Todas las capitales de provincia tienen al menos una estación de autobús, al igual que la mayor parte de municipios de más de 100.000 habitantes.