Especial Recuperación Económica

La industria alimentaria avanza con cierta ventaja en el camino hacia la reactivación

  • Sometido a una gran presión durante el confinamiento, se ha alzado como uno de los sectores estratégicos en la crisis de la Covid-19
  • Si bien se trata de una situación que no beneficia a ninguna industria, la alimentación ha sido de las menos perjudicadas de la pandemia
Trabajadores de un supermercado Cabrabo durante la pandemia.

elEconomista.es

En situaciones sin precedentes en la historia moderna, como las vividas en la pandemia provocada por la expansión da la Covid-19 en todo el mundo, suceden precisamente fenómenos de los que no había constancia y de los que, muy difícilmente, se podía predecir su comportamiento.

Los días previos a la declaración del estado de alarma en marzo daban cuenta ya del cambio en la forma de consumo de los ciudadanos, que respondieron a esta situación, en un primer lugar, haciendo acopio de alimentos básicos para pasar, semanas después, a adquirir otros artículos como bebidas alcohólicas, harina o levadura.

Según un informe de la empresa de consultoría, Kantar Group, entre el 24 de febrero y el 15 de marzo, el gasto semanal en productos de gran consumo aumentó considerablemente: la semana del 24 al 1 de marzo creció en un 13%, la siguiente, un 9% y, finalmente, en la semana del 9 al 15 de marzo, se incrementó en un 21%.

De este modo, todas las empresas que integran este sector en España tuvieron que responder de forma rápida y eficiente para adaptarse a las necesidades y a los cambios en el comportamiento de los consumidores. Diferentes estudios y expertos en la temática coinciden en que su respuesta fue ejemplar, enfrentándose, desde el primer día de la pandemia, a todo tipo de retos: en materia de logística, gestión operativa, falta de personal, etc. 

El sector demostró así un engranaje perfecto en el que todos los actores implicados, desde las principales actividades del sector primario, agricultura y ganadería, hasta la industria alimentaria, la logística y, por último, la cara más visible del sistema -puntos de venta, como supermercados y comercios-, mostraron su mejor versión para operar con normalidad y garantizar el abastecimiento.

En este sentido, Valentín Bote, director de Randstad Research, asegura que "nos encontramos ante uno de los sectores con mayor resiliencia de nuestra economía y que, gracias a su esencialidad, ha podido mantener e, incluso, aumentar la producción durante los meses de confinamiento total de la población. Se trata de un sector estratégico con una alta capilaridad y cuya implantación territorial es clave en la fijación de la población y en el desarrollo local de las zonas rurales".

Por su parte, el estudio La receta del éxito -elaborado por Llorente y Cuenca, la Federación Española de Industrias de Alimentación (FIAB) y Mercasa- hace hincapié en la robustez de la cadena agroalimentaria española. Precisamente, Joan Navarro, socio y vicepresidente de Asuntos Públicos de la consultora señala, en el prólogo del informe, que "el desafío para toda la cadena era operar con normalidad para abastecer a la población en una situación de absoluta excepcionalidad: nuevas condiciones de trabajo para el personal, escasez de algunas materias primas, limitaciones al tráfico de bienes importados y para la exportación".

Un actor económico fundamental

Así, la industria alimentaria ha pasado a ser uno de los sectores estratégicos durante la crisis del coronavirus y ha alcanzado toda su dimensión como actor económico y social fundamental. No olvidemos que este sector da empleo a casi medio millón de trabajadores en España; es la primera rama manufacturera del sector industrial con 107.043 millones de euros de ventas de productos; y, dentro de la UE, es la quinta industria agroalimentaria más potente, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que recoge el estudio Termómetro del sector de la Alimentación en España 2020, elaborado por el Grupo Adecco.

Al hilo de lo anterior, desde FIAB destacan también que esta industria apuesta por el empleo juvenil -esta tasa supone más de un 14% de los puestos de trabajo del sector, dato superior a los que han registrado la industria manufacturera y el total nacional-. Además, en el plano de las exportaciones, éstas experimentaron un fuerte crecimiento en 2019, llegando a alcanzar los 32.363 millones de euros, a pesar de la incertidumbre mundial y las trabas al comercio internacional.

No obstante, todo ello no quiere decir que el sector alimentario no haya sufrido también el impacto económico de la crisis. En materia de empleo, y de acuerdo con el informe de Randstad, Claves para la recuperación económica de la industria alimentaria, de los más de tres millones de personas en España que se vieron afectados por un ERTE en el pico de la pandemia, 44.700 pertenecían a la industria alimentaria.

Sin embargo, este mismo informe recoge también que sólo el 25,6% de los empresarios del sector tuvieron que recurrir al ERTE, 17 puntos porcentuales por debajo de la media de compañías en España. La nota positiva la pone la cifra de nuevas contrataciones, ya que el 8,2% de los directivos de este sector necesitó optar por nuevas contrataciones para hacer frente a la crisis, el doble que la media de las empresas del mercado español.

El 57,6% de las empresas del sector alimentario prevé recuperarse plenamente antes de que acabe el año 2020

Toda esta coyuntura coloca al sector en una posición de ligera ventaja a la hora de afrontar la recuperación económica en comparación con otros, y las previsiones de recuperación son bastantes optimistas, pues -según el mencionado informe- el 77,5% de las empresas de la industria alimentaria cree que estará activa antes de finales de 2020, y el 57,6% prevé recuperarse plenamente antes de fin de 2020 –10 puntos por encima de la media–. En lo relativo a la absorción total del impacto de la crisis, de nuevo destaca su posicionamiento aventajado frente a otros sectores: el 57,6% de las compañías prevé recuperarse plenamente antes del fin de 2020. 

Récord en el canal online

Junto al sector sanitario, la alimentación es probablemente el sector que más pronto notó el impacto de la pandemia en su actividad. El contexto de incertidumbre entre la población provocó que muchas personas hiciesen acopio de alimentos, lo que se tradujo en una avalancha de compras. 

Por supuesto, también le tocó el turno al canal online, donde, de hecho, se produjo un récord durante la primera semana de confinamiento, según datos de Kantar, hasta lograr una cuota del 2%, cifra histórica para este tipo de compras. Ésta fue, precisamente, su evolución durante las semanas siguientes, en las que el mayor consumo se continúo apreciando en el canal online, creciendo en valor 0,3 puntos respecto al promedio de las ocho primeras semanas de 2020. Este canal consiguió, además, atraer un 2,7% de los hogares españoles (+11%) y con un ticket todavía mayor (+17%) al que solían hacer habitualmente.

Por su parte, el informe de Llorente y Cuenca recoge también este fenómeno de la compra online, que llegó hasta el 25% de las ventas en la segunda mitad de marzo, mientras que durante el periodo de confinamiento creció en porcentajes interanuales entre el 80% y el 184%.

Retos para ser más competitivo

Como se ha mencionado anteriormente, la posición que el sector ha logrado en los últimos meses le da cierta ventaja a la hora de afrontar la recuperación económica frente a otras industrias. No obstante, los empresarios han puesto sobre la mesa, en este tiempo, la necesidad de abordar diferentes retos. Así, según el informe de Randstad al que se ha hecho referencia previamente, entre las principales demandas destacan sobre todo aquellas relacionadas con la gestión de RRHH: un 38,3% de los directivos del sector considera que gestionar los ERTE y/o el teletrabajo será el principal reto a asumir en los próximos meses; para el 34,8% es preservar e invertir en seguridad para sus empleados, mientras que un 33% considera que la clave está en garantizar la productividad.

En términos más genéricos, desde este sector destacan la importancia de apostar por la digitalización y la automatización. En palabras de Valentín Bote, director de Randstad Research, "para mantener la robustez de este sector y su carácter vital en el desarrollo de la economía, necesita implementar reformas de digitalización y adaptación a las nuevas tecnologías para mantener la senda del éxito".

Relacionado con el tema de la digitalización se encuentra también el canal online. En este sentido, el informe La receta del éxito se hace eco de este desafío: "el principal aprendizaje es que, en el futuro, el canal online debe ser reformulado para tomar en consideración tanto la situación de una emergencia, como la puesta a punto de una logística compleja que permita la optimización de esta forma de consumo que seguirá creciendo cuando se estabilice la situación".

Otra de sus demandas más recurrentes y que, en medio de una crisis como la actual cobra aún más relevancia, es la necesidad de apostar y potenciar la colaboración público-privada. Ello se puso sobre la mesa durante la tercera jornada de la cumbre empresarial organizada por CEOE bajo el título Empresas Españolas: Liderando el Futuro. Así, para el sector, la unidad de mercado es imprescindible de cara a evitar desventajas competitivas con otros sectores de la UE y de terceros países. Asimismo, también se mencionaron otros retos para el sector durante esta jornada: la necesaria digitalización en todos los ámbitos, la innovación o la sostenibilidad.