España

"ETA quiere mostrar al mundo que aún conserva potencia de fuego"



    La desarticulación del nuevo 'comando Nafarroa' por fuerzas del Ministerio del Interior antes incluso de que hubiera comenzado a operar -aunque cuando ya había recibido adiestramiento, armas y explosivos- ha puesto de manifiesto la debilidad 'militar' de ETA, que muestra claros síntomas de infiltración.

    En consecuencia, la brutal agresión a la Universidad de Navarra ha de interpretarse como una prueba brutal de que ETA quiere desesperadamente mostrar al mundo que aún conserva potencia de fuego. Obviamente, el hecho de que pueda todavía poner bombas no modifica en absoluto el juicio acerca de su gran debilidad. Claramente, la bomba colocada en el corazón del recinto universitario de Pamplona puede haber sido colocada por el todavía activo 'comando Vizcaya', para dar sensación de fortaleza allá donde la banda ha vuelto a ser descabezada.

    Hay numerosas víctimas leves, además de toda una colectividad tan aturdida como indignada. Parece que ahora ETA quiere unir a su fuerza destructiva la capacidad de generar terror ciego y abstracto, que es lo que persigue el terrorismo indiscriminado, la hez más radical y deshumanizada de esta inhumana actividad criminal.

    La UN, objetivo de ETA

    La Universidad de Navarra, fundada por el Opus Dei en los años cincuenta, fue la primera universidad privada española y representa, además de una residencia prestigiosa de la inteligencia y la investigación de este país, la faz pública de un determinado y respetable movimiento católico. Y esta amalgama de cultura y fe religiosa suscita singularmente el odio de los terroristas, que ya han atentado seis veces desde los años ochenta contra la institución. En consecuencia, la agresión brutal de ETA daña varios objetivos: es un golpe a toda la sociedad y a las instituciones navarras y españolas, una afrenta a la cultura y a la inteligencia y un ataque a la libertad de pensamiento.

    La irritación que producen estas barbaridades crece en la actual coyuntura por causa de la más absoluta inutilidad de las agresiones: ni siquiera los más alienados terroristas pueden seguir pensando hoy que algún demócrata estará dispuesto alguna vez en el futuro a darles alguna oportunidad de diálogo. El único horizonte de ETA es la prisión. ¿Por qué, pues, seguir flirteando con la muerte para nada?