España
Las propuestas de Podemos hundirían la actividad y desbordarían el gasto
El programa económico de Podemos es irrealizable porque contiene medidas contradictorias. No se puede conciliar el impago de parte de la deuda con el déficit que ocasionaría la puesta en marcha de los subsidios y otras políticas de alto coste, al tiempo que bajarían los ingresos fiscales por el enfriamiento económico que acarrearía la subida del salario mínimo junto con una política fiscal muy contractiva.
Es el diagnóstico del consenso de expertos consultados por elEconomista, que enjuician tan sólo la viabilidad económica de las principales medidas propuestas por la formación de Pablo Iglesias, sin entrar en valoraciones políticas ni de corte ideológico.
Conviene recordar, en cualquier caso, que desde la formación insisten en que este programa está siendo estudiado por su departamento económico ya que las medidas aquí analizadas "están dirigidas a un escenario comunitario -con otros ingresos y gastos-, por lo que deben adaptarse a un escenario nacional".
Una de las propuestas más llamativas de Podemos es su intención de auditar la deuda pública de España y dejar de pagar parte de la misma. Según Juan Fernando Robles, profesor de Finanzas, "es una medida imposible, salvo que España abandonara el euro y la Unión Europea. Básicamente, o no saben de qué hablan o mienten al electorado proponiendo algo así".
Para la analista de Funcas María Jesús Fernández, no cumplir los compromisos en deuda provocaría "la incapacidad del Estado para obtener financiación, ya que ningún inversor estaría dispuesto a prestarle, lo que obligaría a eliminar el déficit público de forma brusca, en un solo ejercicio".
Tampoco tiene muchos visos de viabilidad la propuesta de Podemos de implantar una renta básica universal para todos los españoles. María Jesús Fernández, contundente, explica que sería "imposible de financiar", en tanto el profesor Robles concreta: "Dicen que la financiarán mediante una subida del IRPF, lo que haría caer su recaudación a medio plazo ya que provocaría dos efectos: de un lado no incentiva al trabajo y en los sueldos más bajos se generaría economía sumergida. En suma, aumentaría el paro".
Sobre la renta básica, Almudena Semur, gerente del Instituto de Estudios Económico (IEE), ofrece unas cifras apabullantes. "Suponiendo que el beneficiario sea la población activa, el coste como mínimo es de 110.000 millones de euros para una renta básica de 400 euros. Claro que, la siguiente pregunta que uno se hará es cómo se financia dicha renta, teniendo en cuenta que si el Estado recauda por impuestos unos 400.000 millones al año y el gasto público ronda los 450.000 millones, la financiación de dicho incremento sólo podría venir de una mayor presión fiscal, de un aumento de deuda o un recorte del gasto en otras partidas". Es decir, la propuesta de Podemos aumentaría el gasto público en un 25 por ciento.
Jubilar antes, impracticable
Polémica es asimismo la intención de Podemos de adelantar la jubilación a los 60 años. Y es que, como recuerda Semur, España tiene un problema de sostenibilidad financiera de las pensiones por el aumento de la esperanza de vida, así como la disminución de población.
"Las nuevas jubilaciones están creciendo muy rápidamente (ya que se establecen sobre la base de salarios más elevados que las de los jubilados de generaciones anteriores) y podrían desbordar los presupuestos a medio plazo", razona esta experta, para quien "difícilmente se puede adelantar la edad de jubilación cuando la principal fuente de financiación son las cotizaciones sociales, amén de que éstas no se pueden elevar más sin repercusión negativa en el empleo".
Sobre este asunto, el profesor del IEB Miguel Ángel Bernal argumenta: "Si jubilamos a la gente de 60 años y la pasamos a la Seguridad Social, entonces esas personas perderían poder adquisitivo, y si los jóvenes ganan menos, dónde está la ventaja?" Para este experto, el paro juvenil se soluciona con más enseñanza, y de calidad, además de vincular la misma a la empresa.
El hándicap del coste difícilmente asumible es la principal crítica de Bernal a otra medida avanzada por Podemos: la nacionalización e intervención en sectores estratégicos de la economía.
En este punto, devolver las empresas del sector de la energía o las telecomunicaciones a manos públicas "no asegura mayor eficiencia. Además, si se nacionalizan vamos a tener una lista de enchufados para colocar en esas empresas nacionalizadas y pasaríamos de la casta política a la casta de podemos enchufarnos", critica Bernal.
Más salario y menos jornada
El programa esbozado por la formación de Pablo Iglesias contempla asimismo una reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales. El único país que ha intentado aplicarla en los últimos años es Francia, "con un resultado claramente negativo. No se ha demostrado que con ello se genere más empleo, pero sí que las empresas pierden competitividad", al decir de Martín Godino, socio director de Sagardoy Abogados.
Por lo que respecta a otra iniciativa estrella del partido, aumentar el salario mínimo interprofesional (SMI), Javier Díaz-Giménez, profesor del IESE, asegura que el mercado de trabajo se halla en un ciclo muy sensible, "y lo que necesita para crear empleo es todo lo contrario: aumentar las facilidades para los empresarios".
En consecuencia, este especialista sugiere que sería una buena idea imponer un salario mínimo más bajo "y, sobre todo, discriminar respecto a la edad. Hay un núcleo muy grande de jóvenes sin formar que se dedicaban a la industria de la construcción y que son inempleables. A éstos, o se les baja el salario o es difícil que se reinserten en el mercado", sentencia Javier Díaz-Giménez.
Ahora bien, no todos los planteamientos de Podemos obtienen un negativo juicio económico por parte de los expertos consultados por elEconomista. Una buena parte de ellos aplaude, por ejemplo, la intención de este partido de agudizar la lucha contra el fraude y la economía sumergida, por ejemplo, por la vía de tipificar el delito fiscal a partir de los 50.000 euros de cuota defraudada.
Unas propuestas que los técnicos de Hacienda (Gestha) apoyan. "Las medidas en materia fiscal serían bastante asumibles", vaticina Carlos Cruzado, presidente de Gestha. También es bien valorada la idea de obligar a todas las empresas multinacionales y a sus filiales a rendir cuentas de sus actividades en términos globales y desglosadas por países.
Más fondos para I+D+i
Asimismo, a una mayoría de economistas le parece que puede ser positiva la medida de Podemos tendente a redirigir el sistema productivo fomentando el I+D+i. Las razones son de peso, y hasta de sentido común, tal y como argumenta José Emilio Sastre.
"La falta de competitividad española no se debe a los altos costes laborales", asegura este economista, quien concreta que el déficit comercial crónico que ha sufrido la economía española hasta la irrupción de la crisis "está íntimamente relacionado con un modelo productivo basado en los sectores de la construcción, el turismo y la exportación de productos con bajo valor añadido".
En clave internacional, Podemos demanda una Agencia Pública Europea de Rating, que debería estar formada por las agencias locales de los Estados miembros, "con el fin de establecerse como una alternativa a la actual situación de oligopolio del sector, en el que predominan las entidades norteamericanas", según reza un informe.
Otro anuncio estelar de Podemos, la paralización de las privatizaciones en sanidad, causa reacciones más dispares. Lo resume María Jesús Fernández , de la Fundación de las Cajas de Ahorros: "La cuestión de las privatizaciones en la gestión de la sanidad pública es un tema sujeto a debate con respecto a su conveniencia y efectos. En principio me parece una medida inofensiva".
En todo caso, un hecho es incuestionable: el programa económico de Podemos ha llegado hasta los medios internacionales: desde la cadena estadounidense CNBC, a Bloomberg, se han hecho eco de él.