España

Una maraña de microtasas: ¿los españoles pagamos por todo?



    Participar en la fiesta de La Tomatina, los domingos en el parque o la butaca para acompañar a un enfermo en el hospital dejan de ser gratis. Las Administraciones y empresas crean nuevos tributos para hacer caja.

    ¿Cree usted que los españoles pagamos por todo? Tome nota: por aparcar en la vía pública, por sentarse junto al enfermo en un hospital, por los SMS que le envía su entidad bancaria y que usted no ha pedido, por el hielo de un café, por la jarra de agua de grifo, por pedir una Coca-Cola... La última, por tirar tomates en la famosa Tomatina de Buñol, en Valencia: 10 euros.

    Más allá de los impuestos habituales relacionados con el incremento del IPC y que los españoles tienen asumidos (léase agua, luz, transporte, limpieza,...) la crisis ha dejado a lo largo de toda la geografía española nuevos tributos que no han gustado.

    En momentos de crisis, las Administraciones y las empresas privadas buscan estrategias para engordar sus cuentas. En Buñol, el Consistorio podrá embolsarse un mínimo de 200.000 euros si finalmente limita la entrada a 20.000 personas.

    ¿Sensación de abuso?

    "Es cierto que estamos asistiendo a una tendencia en la que se cobra por todo, incluso por servicios que antes disfrutábamos sin coste", explica Carlos de Benito, profesor de Dirección de Recursos Humanos y Ética Empresarial de la Universidad Francisco de Vitoria. Aunque el experto reconoce que es "normal" que las empresas y Administraciones intenten facturar lo máximo posible como parte de su estrategia de negocio, sin embargo, opina que se "debería cobrar por algo que sea legítimo". Es decir, que dé valor añadido a los clientes, que sea percibido por éstos como tal y que, en su caso, haya otra alternativa legal para no pagar. Pero esto no siempre se cumple, como en la relación con las entidades bancarias o los pagos del aparcamiento regulado. Ahí, no hay alternativa.

    "Lo que hacen las Administraciones es esconder un impuesto recaudatorio, injusto y muchas veces con el riesgo de ser una doble imposición", apunta el profesor, que no olvida que los españoles ya pagan sus impuestos. "De ahí es de donde nace la sensación de abuso, de que nos cobran por todo".

    Obsesión en Cataluña

    Ante la reducción de las partidas presupuestarias, tanto el Gobierno central, los Ejecutivos regionales, como los ayuntamientos juegan con su capacidad fiscal aumentando o rebajando impuestos y creando nuevos tributos para incrementar sus recursos.

    En elEconomista hemos hecho un repaso de esos nuevos costes que sí o sí, deberá asumir. Tome nota... hay para todos. Los ciudadanos catalanes son, con mucha diferencia, los que salen peor parados. La lista de los nuevos impuestos que se crearán por el pacto CiU-ERC es larga. Entre ellos figuran la recuperación del Impuesto de Sucesiones para las rentas más altas, la reforma del de Patrimonio, de Transmisiones Patrimoniales y grandes superficies comerciales, y el establecimiento de gravámenes sobre depósitos bancarios, emisión de gases contaminantes, la euroviñeta para camiones, las bebidas de refresco con exceso de azúcar, así como sobre los pisos vacíos.

    "¿Por qué tengo que pagar más impuestos si pido una Coca-Cola en lugar de un café? ", se pregunta un cliente en un bar. El nuevo tributo pretende hacer que se pague a los fabricantes de refrescos 0,075 euros por cada litro, lo que generaría unos ingresos anuales de alrededor de 22 millones. El sector de los refrescos no está dispuesto a aceptarlo y tilda el tributo de "discriminatorio".

    "Yo diría que la diferencia entre gratis y cobrar un euro no es el euro, es cobrar infinito porque va de gratis al precio que sea", critica Carlos de Benito.

    A lo que sea y por lo que sea. Si usted quiere vender o alquilar su casa, más allá del IBI y de la ITE, deberá pagar por conseguir un etiqueta energética de su vivienda. En cifras del Centro Nacional de Energías Renovables (Cener), el 80% de los hogares españoles necesita rehabilitación energética para mejorar sus sistemas de calefacción y aislamiento para mejorar su ahorro. El sector pide un real decreto ya; los propietarios y sus 200 euros que se estima sea el coste final, no tanto. Algunos de estos nuevos gravámenes están todavía sobre la mesa; otros son ya hechos eficientes como la tasa judicial o el euro por receta.

    Precisamente es el sector sanitario el que está generando más polémica entre los profesionales y ciudadanos. Más allá del copago (que incluye recetas, traslado en ambulancia...), la gota que ha colmado el vaso es la iniciativa de ocho hospitales catalanes que han comenzado a cobrar las camas de los acompañantes.

    También la Comunidad de Madrid se ha puesto seria. Si a un madrileño se le rompe la tarjeta sanitaria, tendrá que pagar 10 euros. Además, la ya expresidenta aprobó tasas por participar en pruebas deportivas... y así, hasta un total de 60.

    Perros 'malos'

    ¿Tiene usted un perro que pueda morder? Si vive usted en Sant Feliu de Llobregat, sepa que el Ayuntamiento ha impuesto por primera vez este año una tasa de entre 15 y 35 euros a los propietarios de perros, informa desde Barcelona Verónica Sosa. Las ordenanzas fiscales establecen una tasa de 15 euros para las razas no peligrosas y 35 euros para razas peligrosas como Doberman, Rottweiler, Pitbull, Bull Terrier o Akita.

    Los impuestos reavivan siempre la polémica entre lo que es justo y no. Es lo que argumenta el alcalde popular de la localidad valenciana de La Font d'En Carròs, Gaspar Pérez, que el año pasado estableció el cobro de un euro por el uso de sus dos parques públicos los fines de semana y festivos.

    La crisis, reconocen los expertos consultados, urge a cobrar por todo. Los supermercados cobran las bolsas de plástico (aunque siempre hay la alternativa de llevar la propia); un bar catalán cobra un plus por el hielo del café y hay locales que incluyen en la factura el agua de grifo como servicio de mesa. Y si quiere mirar el nivel de presión de los neumáticos de su coche elija bien la gasolinera. Lo que hasta ahora era un detalle de atención al cliente, se empieza a cobrar.

    En muchas ocasiones, dice el profesor De Benito, las empresas y Administraciones lo hacen no por dar un valor añadido, "sino para mejorar su propia estructura de costes, y lo repercuten en el ciudadano".

    ¡Ah!, por cierto, el dicho "nos cobran por respirar" ya es real en China. Un magnate vende aire limpio enlatado. En España, la sierra es gratis... todavía.