España

Herrero y Segurado abren un frente anti Rosell para desestabilizar la CEOE

  • Utilizan el separatismo catalán y la crisis para calentar la Ejecutiva del miércoles
Juan Rosell saluda a Santiago Herrero a la salida de una reunión de la organización empresarial.


Pocos, sí; pero están dispuestos a dar guerra. Son los disidentes de la CEOE, encabezados por el presidente de la patronal andaluza, Santiago Herrero, y por el presidente de honor de la madrileña CEIM. Preparan una ofensiva contra Juan Rosell que tendrá como escenario la reunión de la Comisión Ejecutiva y de la Junta directiva nacional de la organización empresarial que se celebrará el miércoles día 17.

El momento elegido está perfectamente calculado y coincide con la crispación política y social que están generando en el conjunto de España las pretensiones secesionistas del Gobierno de Artur Más en Cataluña y los nuevos ajustes y el escenario presupuestario que plantean los presupuestos del Estado para el próximo ejercicio, con anuncio de una huelga general incluido.

Y estos son también los temas sobre los que Santiago Herrero y José Antonio Segurado van a pedir un pronunciamiento claro y firme al presidente de la CEOE. Obviando que en el caso de Cataluña el propio Rosell ha calificado de "barbaridad" la posible independencia de Cataluña en declaraciones a diversos medios nacionales. Pero o no se han enterado o no les basta a los disidentes que ya levantaron la voz, con escaso respaldo, por cierto, durante la última reunión de la cúpula de la patronal en septiembre.

Pero, al margen de la deriva catalana, la disidencia en el seno de la patronal va a exigir también a Rosell una posición más crítica y de enfrentamiento con el Gobierno por la política económica y las medidas anticrisis, que consideran está perjudicando gravemente el desarrollo de la actividad empresarial y la creación de empleo.

Resucitar a Cuevas

Entre las pretensiones de Herrero y Segurado figura también la de forzar a Rosell para liderar la formalización de un gran pacto económico y social, rememorando los Pactos de la Moncloa. Para ello no dudan en utilizar la figura del fallecido presidente José María Cuevas que, dicen, "instó a gobiernos de centro, de derechas y de izquierdas, en mayoría o minoría a firmar acuerdos sociales de alto contenido".

A pesar de que están preparados para la batalla, lo cierto es que, aunque las críticas al Ejecutivo de Rajoy son ampliamente compartidas por la inmensa mayoría de la CEOE y del empresariado, incluso por el propio Rosell, el respaldo a Herrero y Segurado es muy minoritario en la cúpula de la patronal, y no parece que Juan Rosell vaya a tener excesivos problemas para mantenerse en el cargo.

Desde el equipo del presidente de la CEOE, se recuerda que la patronal andaluza CEA está atravesando delicadísimos momentos económicos, tras sufrir pérdidas de más de dos millones de euros en 2011, que se suman a los 132.000 euros en rojo de 2010. La asociación que preside Santiago Herrero aprobó en su última asamblea general en febrero tratar de rehipotecar su sede en la Isla de la Cartuja (Sevilla), tasada en 30 millones en el año 2010 y que estaba prácticamente pagada, para obtener alrededor de 20 millones. Esta operación no ha podido concretarse en los últimos meses y la CEA ha optado por vender directamente sus instalaciones.

Además, ambos disidentes apoyaron los últimos documentos sobre la situación económica de España y de análisis del proyecto de Ley Presupuestaria de la CEOE. Documentos en los que se critica duramente la política fiscal del Gobierno, afirmado que convierte a España en "uno de los países europeos con mayores tipos de gravamen tanto en imposición directa como indirecta". Una circunstancia que "tendrá un fuerte impacto sobre el crecimiento económico y, por tanto, sobre las bases imponibles".

Otro factor negativo para el crecimiento es, para la organización que preside Juan Rosell, el recorte de 600 millones en el gasto de los ministerios, que afecta a los gastos de formación pública del capital físico, humano y tecnológico, "y puede afectar a la actividad de muchos sectores productivos y, por tanto, al crecimiento a largo plazo de la economía española". Y, en el caso concreto del IVA cuestiona las previsiones recaudatorias de Hacienda al señalar que "el incremento efectivo de la recaudación del IVA es opinable dada la probable disminución del consumo".