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AI dice que la situación de los DDHH en Irak es "desastrosa"
"Cinco años después de la invasión liderada por Estados Unidos que derrocó a Sadam Husein, Irak es uno de los países más peligrosos del mundo", sentencia la organización que vela por los derechos humanos en el informe 'Carnicería y desesperanza. Irak cinco años'.
La ley, el orden y la recuperación económica son una "posibilidad distante" con la inseguridad reinante, sostiene la organización con sede en Londres. Los iraquíes viven en la pobreza, con escasez de comida, falta de acceso a agua potable y un índice de desempleo alto. Más de cuatro de cada diez viven con menos de un dólar al día -el listón de la ONU para medir la pobreza- mientras los sistemas sanitario y educativo se encuentran al borde del colapso y las mujeres y las niñas son particularmente vulnerables a la violencia de los extremistas.
AI critica también el abuso de la pena de muerte en Irak, el fracaso de la comunidad internacional a la hora de absorber a los refugiados iraquíes y la falta de libertad de expresión en la región septentrional del Kurdistán, pese a gozar de una situación más estable. "Pese a las afirmaciones de que la seguridad mejoró en los últimos meses, la situación de los derechos humanos es desastrosa", sostuvo AI, poniendo como ejemplo el secuestro, la tortura y el asesinato de civiles a manos de grupos armados.
"Todas las partes cometieron flagrantes violaciones de los derechos humanos que incluyen crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad", agregó AI, señalando por igual a los paramilitares como a las fuerzas de seguridad iraquíes, las tropas estadounidenses y los mercenarios generalmente contratados por empresas. AI puso como ejemplo la detención de 60.000 personas por las fuerzas iraquíes e internacionales, muchos de ellos sin que se les imputen cargos y expuestos a la "rutina" de los malos tratos y la tortura.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud y el ministerio de Sanidad iraquí estimó que 151.000 personas murieron entre la invasión de marzo de 2003 y junio de 2006. Otras estimaciones sitúan el número de civiles muertos como resultado del conflicto entre 48.000 y 601.000.
"La administración de Sadam Husein era conocida por las violaciones de los derechos humanos", dijo Malcolm Smart, el director de AI para el norte de África y Oriente Medio. "Pero su recambio no ha supuesto un respiro en absoluto para su pueblo".