La crisis regional se agudiza y la OEA reanuda el debate
Las discusiones en el foro multilateral que se iniciaron el martes, sobre el texto de una resolución conjunta sobre la crisis, opusieron duramente a Ecuador y Venezuela contra Colombia, y fueron suspendidas hasta este miércoles a las 17H00 por falta de acuerdo entre los países miembro.
La crisis diplomática aumentó con el anuncio el martes del presidente colombiano, Álvaro Uribe, de que demandará ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) a su par venezolano, Hugo Chávez, por financiar el "terrorismo"; en tanto que Caracas ordenó el cierre de la frontera con Colombia. El ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, en una tácita respuesta al anuncio de Uribe, lo acusó de estar vinculado a narcotraficantes y paramilitares "culpables de horrendos crímenes de guerra".
Simultáneamente, Correa advirtió en Lima y Brasilia, ciudades que visitó como parte de su gira latinoamericana para obtener respaldo internacional, que está dispuesto "a llegar hasta las últimas consecuencias". En Brasilia, Correa advirtió de que dará por superada la crisis "si la OEA se pronuncia categóricamente rechazando la agresión de Colombia".
La crisis pasó a la arena del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, después de que el lunes Ecuador -que convocó el foro- rompiera relaciones diplomáticas con Colombia, y Venezuela lo secundara expulsando al embajador colombiano en Caracas.
El martes, Ecuador acusó en el foro multilateral a Colombia de "violación planificada y premeditada" de su territorio, mientras que el gobierno de Uribe reiteró su petición de "disculpas públicas al gobierno de Ecuador y a su pueblo", por su acción militar del fin de semana en suelo ecuatoriano, en la que fue abatido el número dos de la guerrilla FARC, Raúl Reyes, y varios rebeldes más. Además, Colombia aceptó la propuesta ecuatoriana de convocar a una reunión extraordinaria de ministros de Exteriores de las Américas para buscar una solución a la crisis.
En la caliente sesión, Venezuela denunció una "acción guerrerista genocida" de Colombia, y rechazó "la pirotécnica diplomática fundamentada en falacias y mentiras" del gobierno colombiano. Por su parte, Estados Unidos refrendó su apoyo a Bogotá, señalando que "respalda completamente los esfuerzos del gobierno de Colombia y el presidente Uribe", al tiempo que pidió a los países de la región "trabajar constructivamente en apoyo (...) de una resolución diplomática".
En medio de una artillería de acusaciones cruzadas, el alto comisionado para la paz del gobierno colombiano, Luis Carlos Restrepo, señaló que Bogotá denunciará a Ecuador ante "instancias internacionales" por haber establecido un "cogobierno" con las FARC en la frontera, basado en archivos de ordenadores confiscados a Reyes.
Tras el operativo militar colombiano, Correa y Chávez ordenaron militarizar sus fronteras con Colombia.
Correa aseguró que el ataque contra las FARC frustró la liberación en marzo de 12 rehenes de las FARC, entre ellos la política colombo-francesa Ingrid Betancourt, en la que sostuvo trabajaba su gobierno, lo cual fue negado por Colombia. La guerrilla anunció el martes en un comunicado que Raúl Reyes buscaba una reunión con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para resolver la situación de Ingrid Betancourt, en momentos en que fue abatido por tropas colombianas en Ecuador.
Los rebeldes invitan en su declaración a los presidentes de Venezuela, Francia, Ecuador, Nicaragua, Argentina y Bolivia, así como a los familiares de los secuestrados en su poder, "a continuar luchando por el despeje (militar de los municipios) de Florida y Pradera", que exigen para un canje de unos 39 rehenes por rebeldes presos.