Nunca los españoles han invertido tan poco en planes de pensiones
Límite 48 horas. No es sólo el título de la película de los 90 protagonizada por Eddie Murphy. También es el tiempo que le resta al Gobierno para aprobar la tan esperada por los mercados (y menos por los trabajadores) reforma de las pensiones. El viernes es el día elegido pero, ¿en qué contexto se produce esta reforma? Desde luego, no en el mejor si se tiene en cuenta el ahorro que los españoles destinan a los planes de pensiones individuales, aquellos que están llamados a ser los productos que complementen a las pensiones públicas.
Según los datos adelantados de Inverco, nunca antes los españoles habían realizado tan pocas aportaciones como las vistas el año pasado. Al menos no desde que Inverco empezó a dar datos de este tipo (con planes de pensiones garantizados incluidos), con fecha de 2004. Y es que las suscripciones brutas que se realizaron a los planes de pensiones individuales (los que el cliente contrata con el banco) se quedaron en los 2.638 millones de euros, lo que supone una caída del 33 por ciento con respecto al año anterior.
La falta de liquidez les penaliza
Las razones de tremenda caída son varias. Pero todas están relacionadas con la crisis económica que atraviesa España. Por una parte, la elevada tasa de paro, del 19 por ciento, ha provocado que cada vez sean más los españoles que si bien han aumentado su tasa de ahorro, lo han destinado a productos que ofrezcan mejor liquidez. De hecho, según la última encuesta a inversores de J.P. Morgan, mientras que la cifra de inversores que poseen fondos de inversión han tocado máximos no vistos desde principios de 2008, la de inversores con planes de pensiones ha caído hasta su nivel más bajo de los últimos ocho años.
Además, cada vez son más las firmas de análisis que lejos de recomendar a sus clientes los planes de pensiones como opción de cara a la jubilación, optan por aconsejarles otros productos, minimizando así la principal ventaja de la que siempre han presumido los planes de pensiones: que las aportaciones están exentas de pasar por Hacienda.
"Si bien es cierto que las aportaciones son deducibles fiscalmente, éstas deben declararse como rendimientos del trabajo al llegar la jubilación, por los que en un futuro el ahorrador podría pagar incluso más impuestos de lo que se ahorre inicialmente", afirma Ricardo Sánchez, responsable de fondos de Gestiohna.
No son la falta de liquidez y la crisis económica las únicas razones. La evolución de los mercados tampoco ha acompañado. Ni el de bonos, donde la crisis de la eurozona encontró el contagio en España, perjudicando por tanto a los inversores que tuvieran planes de pensiones de renta fija. Ni el de bolsa, ya que el Ibex 35 se convirtió en el mercado con peor rendimiento de toda la zona euro. Esto explica que las categorías que más reembolsos experimentaron fueran las de renta variable mixta y renta fija mixta, que combinan ambos tipos de inversión, y registraron caídas en las aportaciones brutas superiores al 35 por ciento.
Y, sorprendentemente, la categoría que contabilizó las menores caídas fue la de la renta variable, con un 21 por ciento de aportaciones menos que hace un año. Aunque la fotografía cambia si se analiza el retroceso experimentado en los últimos cinco años. En este periodo, los planes de bolsa son, junto con los mixtos de renta variable, los que más caídas de aportaciones han registrado (un 70 por ciento), frente al retroceso del 14 por ciento que acusan los planes de pensiones de deuda a corto plazo.
¿Importa la rentabilidad?
Está demostrado que la diferencia entre elegir un buen plan de pensiones de uno malo puede alcanzar a lo largo de la vida del producto los 150.000 euros de diferencia. Sin embargo, no es ninguno de los planes de pensiones más rentables a largo plazo los que han acaparado las mayores aportaciones brutas. Así, los inversores parecen seguir decantándose por productos con bajo riesgo (y rentabilidad) como Naranja Renta Fija Corto Plazo o Santander Futuro Conservador.