España
Satisfacción para no los fumadores y quejas de hosteleros y fumadores con la nueva ley antitabaco
No más ceniceros ni nubes de humo: los fumadores tuvieron que renunciar el domingo, con la entrada en vigor de la nueva ley antitabaco, a una costumbre bien enraizada en el país, la de fumar un cigarrillo en bares y restaurantes.
Dando una tregua a las festividades de fin e inicio de año, la nueva legislación que está en vigor desde ayer prohíbe fumar en los bares y restaurantes, en los parques infantiles y en los alrededores de los hospitales y las escuelas.
EcoDiario.es ha salido a la calle para constar la opinión que genera esta nueva normativa llena de polémica. Los no fumadores están encantados, los fumadores están que trinan.
Más beneficio para la salud
"Me parece muy bien aunque tendrían que haber aprobado la ley antes. Los que no fumamos hemos estado fumando todo estos años sin tener que fumar", señala un ciudadano.
"Me parece fenomenal. No tenemos por qué tragarnos el humo de nadie. Ahora no sales de los sitios apestando a tabaco. Todos hemos ganado en salud", apunta otro encuestado.
Pero las medidas son más difíciles de acatar para los fumadores -cerca de un 30% de la población española, según el ministerio de Sanidad-, en un país donde fumar un cigarrillo con una cerveza o un café con leche parecía hasta hoy un derecho intransferible.
"Es una ley mala de las muchos que está llevando acabo este Gobierno, podían hacer una ley antiparo", afirma con ironía un fumador.
"No se puede imponer drasticamente estas medidas. Soy fumador, lo llevo muy mal. Hasta ahora fumaba un cigarrillo con mi desayuno, ahora lo tendré que fumar fuera".
"Muchos negocios van a tener que cerrar"
Pero quién lo lleva pero parece ser el sector hostelero donde la lluvia de quejas no cesan.
"Es una ley muy mala que ya no está perjudicando. Ya ha habido reservas que nos han anulado. De ayer a hoy ha habido un 70% menos de clientela. La prisa de la gente por irse a tomar el cigarro en la calle se está notando", se queja la propietarria de un restaruante.
"Prohibir una tradición como es el cigarro con el cafe o en la sobremesa es una medida que va a afectar mucho al negocio de la hostelería. Muchos negocios van a tener que cerrar", explica la dueña de una cafetería.
Los consumidores o los dueños de establecimientos que no respeten la nueva ley podrán ser condenados a multas de entre 30 y 600.000 euros.