España

"¿Es que 'El País' no sabe inglés?" Granados, de despilfarrador a ejemplo para 'The Economist'

    El consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados


    Todo ha sido un malentendido y así lo ha hecho saber el propio afectado. Una traducción mal hecha o malintencionada de un artículo de The Economist ha provocado que el consejero de Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, haya sido tachado como el mayor despilfarrador de España.

    Granados se ha mostrado indignado por la "traducción malintencionada" que algunos medios de comunicación han hecho de una artículo de The Economist en el que se habla del despilfarro económico en España. Escuche aquí la defensa de Francisco Granados.

    "Despilfarrador". Así señalaban esta mañana distintos medios al consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados haciéndose eco de un artículo publicado en la revista 'The Economist'. El propio Granados ha defendido su gestión explicando que los medios que se han hecho eco de la noticia "o no saben inglés, o han hecho una traducción malintencionada, o las dos cosas".

    Desde presidencia de la Comunidad de Madrid se han apresurado a explicar que este artículo destaca que "Granados lo que busca es reducir los gastos como por ejemplo, deshaciéndose de coches oficiales pero tiene las manos atadas a la hora de reducir puestos públicos porque la ley lo impide", ha aclarado a EcoDiario.es.

    El error de traducción

    Diversos medios se hicieron eco del artículo publicado por la revista, donde le ponen como ejemplo político para explicar que las políticas económicas puestas en marcha para reducir el gasto de la administración que en ocasiones no tiene margen de maniobra.

    "Por otra parte, los hombres poderosos como el Sr. Granados son extrañamente impotentes cuando se trata de cambiar el statu quo. En esencia, los trabajadores del sector público español no pueden ser despedidos. La semana pasada el gobierno regional de Madrid anunció que se desharía de 48 de sus 125 vehículos oficiales, y la sustitución de los restantes Audi y Peugeot por modelos de tamaño medio. "La paradoja es que no se puede despedir a ninguno de los conductores oficiales", suspira el señor Granados. Se puede probar a mover los conductores del gobierno para cumplir sus nuevas obligaciones, pero sólo con su consentimiento", aseguraba textualmente The Economist.

    Sin embargo, medios españoles aseguraron e interpretaron que el medio tildaba a Granado de despilfarrador.