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Israel expulsa a cientos de detenidos en el ataque contra la misión humanitaria
Todos los detenidos de la flotilla salieron de la cárcel para ser deportados, anunció este miércoles un portavoz de la administración penitenciaria del Estado hebreo.
"Ni uno solo de los detenidos sigue en prisión", declaró a AFP este portavoz, Yaron Zamir.
Por su parte, la portavoz de los servicios de inmigración precisó que "404 pasajeros de la flotilla esperan la partida en el aeropuerto Ben Gurion (en Tel Aviv) y 102 se dirigen hacia el aeropuerto para ser repatriados".
Unos 125 militantes más expulsados por Israel fueron trasladados a Jordania a través del puesto fronterizo del puente Allenby.
Según las autoridades israelíes, 682 personas procedentes de 42 países se encontraban a bordo de los seis barcos de la "flotilla de la libertad" que trató de "romper el bloqueo" de la Franja de Gaza.
De acuerdo con la radio pública, tres de los 28 militantes que siguen hospitalizados a causa del ataque de los comandos israelíes se encuentran en estado grave y no pueden ser transportados.
El gobierno de Benjamin Netanyahu decidió expulsar a todos los militantes extranjeros arrestados después de la mortífera operación del lunes para interceptar a la 'flotilla de la libertad' que quería romper el bloqueo de la Franja de Gaza.
El Gobierno israelí se veía confrontado a una fuerte presión internacional para investigar de forma "imparcial" el abordaje del lunes, que dejó nueve muertos entre los miembros de la misión y decenas de heridos, y para poner fin al bloqueo de la Franja de Gaza.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, reiteró no obstante que el Estado hebreo mantendrá el bloqueo que impuso en 2007, cuando el movimiento islamista Hamas tomó el poder en ese territorio, después de que se le desconociera su triunfo electoral en 2006.
"Abrir una vía marítima para Gaza constituiría un gran riesgo para la seguridad de nuestros conciudadanos. Por lo tanto, hay que seguir con el bloqueo marítimo", dijo el jefe de gobierno israelí.
Los organizadores de la flotilla anunciaron por su lado que seguirán enviando barcos con ayuda para Gaza, pese a las advertencias de Israel de que impedirá que cualquier navío quiebre el bloqueo. Un barco irlandés, el 'MV Rachel Corrie', se halla en ruta hacia Gaza.
La opinión pública israelí está dividida sobre la apertura de una investigación. Según un sondeo publicado este miércoles por el diario Maariv, el 46,7% de las personas interrogadas dicen ser favorables a ella, y el 51,6% consideran que sería inútil.
El grave incidente ha avivado además la enorme tensión que ya existía en Oriente Medio. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, calificó este miércoles de "terrorismo de Estado" el asalto israelí contra la flotilla y dijo que instaría al presidente estadounidense, Barack Obama, a tomar "decisiones valientes para cambiar la faz" de Oriente Medio.
Abas recibe este miércoles al emisario estadounidense George Mitchell, antes de su entrevista con Obama en la Casa Blanca el 9 de junio.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó este miércoles una resolución que pide una "misión de investigación internacional" sobre la intervención militar israelí.
La resolución, que decide "enviar una misión internacional para investigar sobre las violaciones de las leyes internacionales", obtuvo el voto favorable de 32 de los 47 países que integran el Consejo.
Estados Unidos votó en contra, mientras que Gran Bretaña y Francia se abstuvieron.
La reunión extraordinaria del Consejo había sido convocada a pedido de los representantes de la Autoridad Palestina, de Sudán y de Pakistán en nombre de la Liga Árabe.
El asalto del lunes desató la ira de Turquía -la mayoría de los activistas eran turcos, así como al menos cuatro de las víctimas mortales- y un alud de críticas internacionales.
Israel, que ya había advertido de que no permitiría que se violara el bloqueo, acusó a los militantes propalestinos de haber "desencadenado la violencia", al atacar a los soldados con cuchillos y barras de hierro. Pero los organizadores del convoy aseguraron que los comandos abrieron fuego de forma injustificada.
En todo caso, el drama enfrenta a Israel a una grave crisis diplomática, en especial con Turquía, hasta no hace mucho su aliado estratégico en la región. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, no dudó en pedir que Israel sea "castigado" por esta "masacre sangrienta".