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Polonia recibe conmocionada los restos de su primera dama
Los funerales de la pareja presidencial tendrán lugar en dos días. El sábado en Varsovia está prevista una ceremonia nacional en memoria de las 96 víctimas del accidente aéreo y el entierro de Lech Kaczynski y su esposa, Maria, tendrá lugar un día después.
Dirigentes de numerosos países tienen previsto viajar a Polonia para participar en los funerales. Kaczynski y su esposa serán inhumados en la catedral de Wawel, en Cracovia, donde están enterrados los reyes y presidentes de Polonia, informó la agencia de noticias PAP, citando a autoridades locales.
Un total de 96 personas, entre ellos el presidente polaco y su esposa, murieron cuando el avión en que viajaban se estrelló el sábado cuando intentaba aterrizar en medio de una espesa niebla cerca de Smolensk (oeste de Rusia).
La delegación, formada por numerosas personalidades polacas y familiares de las víctimas, se dirigía a la localidad rusa de Katyn para participar en las ceremonias de conmemoración de la matanza de 20.000 oficiales polacos por las tropas soviéticas hace 70 años.
Todavía no se han determinado las causas del accidente, pero los investigadores rusos descartaron que fuese debido a un incendio o una explosión. "Los motores funcionaron hasta el momento en que chocaron con el suelo", afirmó el viceprimer ministro ruso Serguei Ivanov durante una reunión de la comisión gubernamental que investiga la catástrofe aérea.
La jefa del Comité Intergubernamental de Aviación ruso, Tatiana Anodina, anunció el descubrimiento el lunes de una tercera caja negra, que será analizada en Polonia.
El portavoz del gobierno polaco, Pawel Gras, alabó la actitud adoptada por Rusia a raíz del accidente. "La parte rusa coopera plenamente en todos los niveles posibles y ayuda a la parte polaca, tanto a las familias como a las administraciones polacas", afirmó.
Procedente de Moscú, el avión con el féretro de Maria Kaczynska aterrizó en Varsovia durante la mañana, dos días después de la llegada del cuerpo del presidente. Se organizó una sobria ceremonia de acogida. Cuatro soldados con la gorra cuadrada propia del ejército polaco rodearon al féretro cubierto de la bandera blanca y roja, colocado sobre una alfombra oriental en la pista del aeropuerto. Una orquesta militar tocó el himno nacional, tras lo cual altos dignatarios de la Iglesia recitaron sus oraciones.
Tras un cielo cubierto, un tímido rayo de sol iluminó la bandera cuando la hija de Kaczynska, Marta, de 30 años, se arrodilló y apoyó las manos durante un largo rato sobre el ataúd de su madre. El hermano gemelo del difunto presidente, Jaroslaw Kaczynski, repitió tras ella los mismos gestos, seguido de otros allegados.
El féretro fue llevado después en coche fúnebre al palacio presidencial a través de las grandes avenidas de la capital, a lo largo de las cuales esperaban miles de varsovianos. Algunos lanzaban flores a su paso, otros grababan con sus teléfonos móviles. "Esta tragedia nos ha marcado a todos enormemente y queremos rendir homenaje a Maria Kaczynska. Estaba en la sombra de su marido pero parecía muy cálida", afirma Agnieszka, que acudió a darle el último adiós con sus compañeros de trabajo.