La zona euro crecerá un 0,2 por ciento en 2010, según el BBVA, que ve riesgos de recaída
El servicio de estudios del segundo banco español calcula que este año la economía de la zona del euro cerrará con una caída del 3,9%, que habría llegado al 5% de no ser por las medidas tomadas para hacer frente a la crisis.
En su último informe "Europa Watch", el BBVA (BBVA.MC)considera que la recuperación europea será más lenta que la estadounidense, entre otras razones, porque habrá un retraso en la reestructuración del sistema financiero y las entidades del viejo continente están más apalancadas que las de la primera potencia mundial.
También advierte de que el crédito a las familias y a las empresas en Europa se ha estancado y existe el riesgo de que esta situación "perdure a medio plazo" si la citada reestructuración no se completa.
Los tipos de interés, según este análisis, seguirán muy bajos durante un periodo prolongado de tiempo, debido a que la inflación seguirá muy por debajo del objetivo, y el riesgo de deflación "no ha desaparecido del todo".
A este respecto, el economista jefe para Europa, Miguel Jiménez, señaló que el Banco Central Europeo se muestra muy conservador en este momento y de subir los tipos no lo hará hasta el segundo semestre de 2010, aunque sí irá retirando las medidas de expansión monetaria para facilitar liquidez a los mercados.
El economista jefe de España y Europa del Servicio de Estudios del BBVA, Rafael Domenech, advirtió de que todavía hay "margen para alguna recaída" en la economía del área del euro cuando las medidas de estímulo "empiecen a desaparecer o tengan un efecto menor".
Unos planes de estímulo fiscal que, según este estudio, han sido menores que en Estados Unidos o en China, pero han sido importantes y han contado con una aplicación relativamente coordinada en el tiempo, y entre los que más efecto han tenido están las ayudas al sector del automóvil, incluidas las destinadas a impulsar la compra de vehículos, y las destinadas al mantenimiento del empleo.
En concreto, Jiménez citó el conocido contrato alemán, de reducción de la jornada laboral compensada en términos salariales con dinero público, que ha permitido que el aumento del paro en Alemania haya sido menor que en otros países.
Sin embargo, Rafael Domenech consideró que esta medida no tendría los mismos efectos en España, donde el sistema productivo es distinto, "por lo que no podemos esperar que los beneficios sean los mismos".
Tras recordar que esta medida se ha aplicado en Alemania en sectores con una elevada productividad y con empleos cualificados, señaló que en España será beneficiosa en empresas puntuales, pero su aplicación no exime de la necesidad de acometer reformas en el mercado laboral.