A Costa le tendrán que echar: "Siempre he cumplido mis responsabilidades"

Costa ha manifestado mediante un comunicado su negativa a dimitir. Su argumento parece sólido: "Siempre he cumplido mis responsabilidades y he trabajado con absoluta lealtad, cumpliendo la ley y ciñéndome a las directrices de la dirección regional del PP. He actuado con lealtad a Camps y a Rajoy", pero, en realidad, la verdadera razón es que se niega a ser cabeza de turco: "Tampoco sería procedente que mi dimisión tuviera como única finalidad asumir presuntas responsabilidades de terceros, que no me constan".

En otras palabras, Costa, aunque estrechamente vinculado a los responsables de la trama 'Gürtel', no fue quien la contrató, por lo que no tendría demasiado sentido que rodara su cabeza a modo de coartada de quienes realmente establecieron los lazos y mantuvieron hasta el último momento una relación "más que amical" con el principal implicado en Valencia, Álvaro Crespo 'El Bigotes', número dos de Francisco Correa.

Rajoy y el carpetazo en Valencia

Con toda evidencia, Rajoy ha querido zanjar la cuestión valenciana por un procedimiento análogo al que ha utilizado Esperanza Aguirre en Madrid: la destitución de todos sus cargos de los imputados. Pero la situación valenciana no es simétrica de la madrileña por varias razones, y por una fundamental: porque en tanto Aguirre no conocía ni de vista a Correa y a su tropa, Camps era íntimo de Crespo.

Y si es evidente que Costa no tenía capacidad de contratación, Camps era y es el responsable último de todas las contrataciones que ha realizado el Ejecutivo valenciano durante su presidencia.

En definitiva, es razonable que Costa no acceda a presentar su dimisión porque si lo hiciera reconocería una suerte de culpabilidad (hay que recordar que en Valencia no hay imputados todavía). Lo que no impedirá esta tarde a la Ejecutiva popular valenciana acordar su destitución.

En el fondo, a Camps y a todos los demás señalados por las investigaciones policiales que antes o después tendrán trascendencia judicial les conviene que alguien se convierta en el centro mediático del escándalo. Aunque todo indica que Costa no está dispuesto a sacrificarse en silencio. Y si muere matando, habrá muchas más víctimas a corto plazo.