Gran estafa inmobiliaria en Cataluña: un millar de afectados con la promesa de venta de pisos de protección inexistentes
Según ha informado hoy el director general de Seguridad Ciudadana, Rafael Olmos, los detenidos, dos hombres y dos mujeres que ya han ingresado en prisión, tenían una gran habilidad para ganarse la confianza de las personas estafadas y lograban que éstas les avanzaran importantes cantidades de dinero y les aportaran más clientes.
Los detenidos, que eran los cerebros de la estafa, son Víctor Manuel A.R., de 37 años y vecino de Lloret de Mar (Girona); Carlos P.B., de 43 años y vecino de Badalona (Barcelona), Margarita C.R., de 43 años y vecina de Lloret de Mar; y Maria Roser M.V., de 36 años, vecina de Gavà (Barcelona).
Los cuatro detenidos, que actuaban principalmente en Barcelona, fueron apresados el pasado 1 de febrero en un hotel de lujo de la capital catalana, que les servía de oficina y donde se les incautaron 30.000 euros en efectivo.
Un millar de afectados
Según el inspector jefe del área regional de Barcelona, Josep Lluis Trapero, durante al menos cinco años los detenidos habrían estafado a más de un millar de personas (por el momento hay 500 casos confirmados), que les habrían pagado de media unos 10, 20 ó 25 mil euros, a cambio de hacer trampas para la adjudicación de pisos de protección oficial, que nunca llegaron a poder comprar.
Por el momento, los Mossos ya han recibido un centenar de denuncias de afectados, lo que les ha permitido analizar con detalle los primeros 40 casos, que pagaron una media de 20.000 euros, reportando a los estafadores unas ganancias de más de 750.000 euros.
Las víctimas eran en su mayoría mujeres de unos 50 años de edad, residentes en Barcelona, de origen humilde y de poder adquisitivo medio, que eran engañadas hasta el punto de tener una "fe ciega" y un "alto grado de fidelización" con sus estafadores.
Confianza sin límites
Con estupefacción, Olmos ha explicado que esta "fe ciega" llegaba a extremos tan increíbles como que incluso después de que los Mossos detuvieran a los estafadores y les explicaran a las víctimas que han denunciado el caso que habían sido objeto de engaño, algunas de ellas preguntaran "¿cuándo recibiré mi piso?".
Esta "fe ciega" la lograban los detenidos gracias sobre todo a las artes de una de las detenidas, que según los Mossos tenía "un cierto don y habilidad para la manipulación de personas".
Una vez establecido el primer contacto, en el que los estafadores se hacían pasar por funcionarios del departament de Medi Ambient i Habitatge o de Adigsa, los estafados pagaban, sin obtener recibo alguno, entre 3.000 y 6.000 euros con la promesa de que les sería adjudicado un piso de protección oficial.
Su modus-operandi
En sus encuentros con los estafados, los detenidos, que según los Mossos no han tenido ningún tipo de relación con los entes de la Generalitat relacionados con la adjudicación de pisos, mostraban planos de promociones inmobiliarias.
Tras este primer pago veían otros gastos, como pagos a "falsos" notarios o cuando se ofrecía la adquisición de más pisos, plazas de aparcamientos u otros servicios, como inversiones en bolsa.
El afán de las víctimas de sacar más partido haciendo trampas para adquirir pisos les llevó a pedir créditos y dinero a familiares y amigos, ya que incluso en algunos casos reservaron más de una vivienda, como el caso de una mujer que pidió tres pisos en Barcelona y uno en Castelldefels, o el de otro afectado que llegó a pagar 200.000 euros.
Cadena "piramidal"
Además, el número de estafados aumentó espectacularmente gracias a los propios engañados, que sin ser conscientes de la estafa, proporcionaban nuevos "clientes" entre sus amigos y familiares. Se da el caso de que un único estafado aportó 100 nuevos clientes.
Olmos ha precisado que esta captación era parecida a un sistema "piramidal", con la diferencia de que aquí no había contrato ni las víctimas era conscientes de la estafa. Únicamente se han dado dos casos de personas estafadas que, al ser conscientes del engaño, captaron nuevos clientes a cambio de dinero.
Se trata de Amor F.F. y Carmen G.F., que tras prestar declaración han quedado en libertad, ya que, según los Mossos, no había suficientes elementos para mantener las detenciones, a la espera de que les llame la autoridad judicial competente.
Cinco años esperando un piso
Pese a que la estafa se remonta un mínimo de cinco años, periodo en el que ninguno de los engañados recibió nunca el piso prometido, la investigación no comenzó por ninguna denuncia de los afectados, que no recurrieron a los Mossos porque eran conscientes de que hacían "trampa" para saltarse un concurso público, sino porque un conocido de un afectado se dirigió "inocentemente" a la policía para preguntar cuándo recibirían el piso.
Por este motivo, Olmos ha insistido hoy en la importancia de que los afectados denuncien su caso a los Mossos, si bien ha recordado también que no existen atajos a la hora de adquirir viviendas públicas.