Tras su rotunda victoria en los comicios vascos, Iñigo Urkullu ha iniciado las primeras tomas de contacto protocolarias, entre ellas con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, pero también llamó al presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, con el que días antes de los comicios acordó recorrer "un camino conjunto" sobre el reconocimiento de "los hechos nacionales de Cataluña y Euskadi".Precisamente, Mas advirtió ayer a Rajoy que tome nota del resultado electoral vasco, porque "negar los problemas" pude llevar a que ocurra lo mismo que en Cataluña. La dirección del PNV, en su reunión de ayer, comenzó el análisis de la estrategia a seguir para la conformación del nuevo gobierno, para el que habrá que llegar a acuerdos. Nadie pone en duda que Urkullu será investido lehendakari, la cuestión radica en cuáles serán los pactos que articule. Desde EH Bildu, el segundo vencedor de las elecciones , Laura Mintegi volvió a abogar por "amplios acuerdos", pero no quiso desvelar cuáles serán las exigencias de su formación de cara a prestarle apoyo a Urkullu, limitándose a señalar que le corresponde al PNV tomar la iniciativa y realizar propuestas, que ellos las escucharán y actuarán "en consecuencia, según los términos en los que se nos hable". Marejada en el PP vasco Donde empieza a haber marejada es en el PP vasco tras haber perdido tres escaños y 16.000 votos. El predecesor de Antonio Basagoiti al frente del partido, Carlos Iturgáiz, manifestó que los malos resultados hace necesario que el PP vasco tome "decisiones" que le hagan retornar a la "primera división" y ser un referente político en Euskadi. Al parecer, el fracaso electoral ha abierto heridas en las filas de Álava y Vizcaya. Por su parte, el PSE dejó para hoy martes el análisis electoral.