La subasta de capacidad del proyecto TAP será en noviembre de 2019
Concha Raso
Las obras del Trans Adriatic Pipeline (TAP), una de las infraestructuras energéticas más importantes que se están construyendo actualmente en Europa, marchan según el calendario previsto. "La primera subasta de capacidad disponible se espera para noviembre de 2019, correspondiente a la subasta de gas de los trimestres restantes del año, según el calendario de subastas de Entsog", han confirmado a elEconomista Energía desde el consorcio. Toda la información sobre el sector energético en la nueva edición de elEconomista Energía
El nivel de capacidad del paquete que se ofrecerá se determinará tras el acuerdo entre los Transportistas y Operadores de los sistemas eléctricos europeos (TSOs) adyacentes y TAP, sobre los procedimientos detallados y la Plataforma de Reserva de Capacidad. Además de las subastas regulares, "esperamos lanzar una prueba de mercado para incrementar la capacidad en el segundo trimestre de 2019 y cada dos años a partir de entonces", indican desde el consorcio.
A día de hoy, ya se ha completado un 72,9 por ciento de la construcción del gasoducto -incluyendo ingeniería, adquisiciones y construcción- y es muy posible que, en breve, el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) conceda a este proyecto un préstamo de 1.200 millones de euros.
De 878 kilómetros de longitud y 4.500 millones de euros de inversión, TAP tendrá una capacidad inicial anual de 10.000 millones de metros cúbicos (10 bcm), unirá Turquía con Italia, a través de Grecia y Albania, y suministrará gas a los mercados europeos a partir de 2020 procedente del yacimiento de Shah Deniz II, descubierto por BP, y ubicado en Azerbaiyán.
Los datos hechos públicos por Walter Peeraer, presidente del consorcio TAP, apuntan que de los 765 kilómetros que pasarán por Grecia (550 km) y Albania (215 km), ya han sido despejados y calificados 733 km -el 90%-. Asimismo, se han soldado el 90% de los tubos de acero y ya están en suelo alrededor del 78% de las tuberías. Una vez realizada esta labor, también se ha procedido a la restauración de más de 450 kilómetros de tierra que conforman la ruta -alrededor del 60%- para devolverla a su estado original.
Los tubos han sido diseñados para acomodar futuros volúmenes de gas, lo que podría duplicar el rendimiento anual del gasoducto hasta los 20 bcm. Al ser de flujo inverso, el gas de Italia podrá ser desviado a varios países del sudeste de Europa, como Bulgaria, Albania y Croacia, entre otros. El gasoducto también ofrece otras oportunidades para llevar el gas natural del Mar Caspio a algunos de los mayores mercados europeos como Alemania, Suiza, Francia, Reino Unido y Austria.
Hace poco más de un año, la directora comercial y de asuntos externos de TAP, Ulrike Andres, confirmó la venta de los 10 bcm anuales de capacidad inicial en contratos a largo plazo (25 años), aunque también señaló que "hay una pequeña cantidad de capacidad disponible para el transporte a corto plazo -anual e inferior un año-, que podría estar disponible en el mercado secundario si hubiera demanda".
El TAP es el tramo final de los proyectos energéticos incluidos en el Corredor Sur del Gas (Southern Gas Corridor) -junto a Shah Deniz, el sistema de gasoductos del sur del Cáucaso y el gasoducto Transanatoliano (TANAP)-, una de las cadenas de valor de gas más complejas del mundo, con una longitud de 3.500 kilómetros a lo largo de siete países y una inversión total de 45.000 millones de dólares, que suministrará gas natural procedente del Mar Caspio hasta Europa, con el objetivo de mejorar la seguridad y diversidad del suministro de energía de la UE. Precisamente en mayo pasado Azerbaiyán celebró la inauguración de Shah Deniz y el 12 de junio TANAP celebró la finalización de su proyecto en Eskisehir (Turquía).
El proyecto Trans Adriático está participado por diferentes empresas de gran relevancia en el sector energético como Enagás, que posee un 16 por ciento; la británica BP, la petrolera estatal azerbaiyana Socar y la italiana Snam con un 20 por ciento cada una; la belga Fluxys, con un 19 por ciento; y la suiza Axpo, con un 5 por ciento.
¿Problemas con Italia?
La etapa final del Trans Adriatic Pipeline tiene como destino el sur de Italia, donde se conectará a la red de gas natural. El presidente de TAP avanzó hace tan solo unas semanas que las gestiones con el gobierno italiano para los permisos secundarios seguían progresando, en línea con la autorización ambiental concedida por el Ministerio de Economía del país en mayo de 2015. De hecho, afirmó que la italiana Saipem, "está trabajando actualmente en la parte relativa al micro túnel". Después de la finalización de la mayoría de los trabajos preparatorios, está a punto de finalizar la excavación del pozo para permitir la construcción de un micro túnel de 1,5 kilómetros de longitud, que estará a una profundidad de 25 metros. La longitud total de la tubería en tierra firme en Italia será de 8 kilómetros y no será visible desde la costa ni a lo largo de todo su recorrido.
Sin embargo, el nuevo ministro de Medio Ambiente de Italia, Sergio Costa, realizó recientemente unas declaraciones en las que calificó de "inútil" el proyecto y donde afirmó que la participación de su país en el Trans Adriatic Pipeline, "será revisada junto a otros proyectos importantes". Los motivos que el titular de la cartera de medio ambiente italiano alegó sobre esta posible decisión -que, de llevarse a cabo, involucraría también a otros ministerios- fueron "la caída de la demanda de gas y una política más centrada en un aumento de la producción de energías renovables" lo que, a día de hoy, según su criterio, "haría inviable este proyecto".
Como no podía ser de otra manera, la noticia ha caído como un jarro de agua fría entre los accionistas del proyecto. Incluso el gobernador de la región de Puglia, ubicada en el sureste de Italia, ha llegado a comentar la posibilidad de redireccionar el gasoducto lejos de la zona turística y buscar una ruta alternativa a través de una zona más industrial de esta región.
En declaraciones a elEconomista Energía, la directora de Comunicación de TAP, Lisa Givert, ha señalado que "TAP continuará trabajando estrechamente con el gobierno italiano y los ministerios y autoridades pertinentes para compartir contenidos, beneficios y valores del proyecto para ciudadanos y empresas italianas, en términos de empleo, ingresos y reducción de los precios del gas natural".
Asimismo, Givert ha manifestado que "TAP traerá gas natural, un producto energético sostenible para contribuir al proceso actual de descarbonización en Italia y un aliado confiable para la eficiencia energética y las energías renovables, ya que proporciona la flexibilidad necesaria para gestionar las necesidades energéticas del país".