La sobreexplotación y la contaminación ponen en riesgo el abastecimiento de agua en Cataluña
Según el responsable del Foro, que se ha presentado hoy y que se celebrará el próximo 5 de abril, el riesgo es más grave en el Área Metropolitana de Barcelona, donde "se da una situación particularmente desafiante, ya que hay un déficit hídrico porque la demanda supera en un más de un 10 % los recursos hídricos disponibles cada año".
Es decir, los recursos disponibles anualmente en las cuencas internas de Cataluña son de unos 2.613 hectómetros cúbicos, mientras que la demanda proyectada es de 2.965 hectómetros.
"La seguridad hídrica no está garantizada en el territorio catalán, pero no hay riesgo de abastecimiento ciudadano -ha remarcado Delacámara-, sino que el déficit afecta en mayor parte al 70 % del agua que se destina a la agricultura".
Delacámara ha fijado como principal desafío invertir en una economía circular que permita un abastecimiento del agua sostenible, estable y cualitativo, así como que contribuya en la lucha contra el cambio climático, a pesar de que asegura que Cataluña "ha hecho un esfuerzo impresionante en cuanto al tratamiento de aguas residuales hasta llegar a más de 500 estaciones depuradoras.
El director ha advertido de que si bien Cataluña podría liderar en un modelo económico circular, por sus infraestructuras y abasteciendo un bien de calidad, hay una deficiencia en la explotación de estas plantas que derivan en un peor tratamiento de los residuos, y por ende, en agua de peor calidad.
"Las plantas de Sant Joan Despí o de El Prat de Llobregat son poco sostenibles, no están a pleno rendimiento. De estarlo, el metro cúbico del agua podría bajar de un euro a cuarenta céntimos", ha indicado.
Del mismo modo, ha recomendado que Cataluña aplique totalmente un tratamiento de depuración avanzada que garantice la reutilización del agua, ya que actualmente "las plantas depuradoras no son rentables al 100 %: solo depuran un 38 % de agua con procedimientos aceptables que contribuyen a la economía circular.
En cuanto a la remunicipalización del agua en Barcelona, el Foro ha explicado que el dilema no nace en la naturaleza de los proveedores del servicio, sino en que el ciudadano sepa qué consecuencias hay de que el servicio lo gestione un operador tanto privado como público y que garantice un bien de calidad al mismo tiempo que se saca máximo rendimiento de las infraestructuras.
Esto repercute en el coste del agua que paga el consumidor ya que cuanto menos saneamiento del agua haya, más tributos se aplican al coste real del bien que repercuten en el precio final, que, según el director académico, rondan el 40 % en Cataluña.
Ha alabado, asimismo, la estrategia del Ayuntamiento de Barcelona de ceder la gestión del abastecimiento a una entidad supramunicipal, mientras que ha puesto de ejemplo el modelo de ciudades como Berlín, París o Nueva York, en las que priman "los objetivos sociales y no instrumentales de este servicio".
El turismo de la capital catalana también ha sido objeto de debate para el Foro, que ha planteado que en el arco del Mediterráneo, la zona que acumula más turistas de Barcelona, se aplique un modo más sostenible en cuanto a la gestión del agua, ya que asegura que es la zona "donde hay más estrés hídrico".
"Una solución aplicable a un modo más sostenible de la gestión del turismo en Barcelona sería la de reducir la cantidad de turistas, pero aumentar las noches que pasan aquí. Así no afectaría a la actividad del PIB y el suministro del agua quedaría más repartido" ha explicado Delacámara.
"Aun así -ha añadido-, hay grandes desafíos que afrontar si se quiere asegurar relacionados con la seguridad hídrica de Cataluña como la desigualdad de la renta, que afecta al bienestar social".
Delacámara ha espetado que "las tarifas de los suministros deberían ser progresivas al nivel de renta", y para financiar los fondos de solidaridad para cubrir los gastos de los que no pueden pagarlo, "convertir la limitación del agua, en una oportunidad".