Argentina, Brasil y Bolivia discuten cuotas de provisión de gas natural
El mandatario boliviano, Evo Morales, reiteró que su país no puede garantizar los niveles prometidos del fluído y se pronunció por las redistribución de las cuotas, en una entrevista ofrecida en La Paz que publica este sábado el diario argentino Clarín.
"Así es", respondió Morales a la pregunda de si "la solución sería redistribuir el volumen que se envía a Brasil y Argentina".
"Hemos planteado que los presidentes y nuestros gobiernos deberíamos trabajar en el tema energético ayudándonos y para complementarnos, y de esta manera atender las demandas que tienen nuestros pueblos", apuntó.
Morales insistió en que se trata de un problema coyuntural y explicó que las inversiones en exploración y producción, que llegarán este año a unos 1.500 millones de dólares, permitirán hacer frente a la mayor demanda.
El tema es central en el encuentro que mantienen en Buenos Aires los presidentes de Argentina Cristina Fernández de Kirchner, de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva y Morales.
En 2006, Morales y Kirchner firmaron un acuerdo por el cual Bolivia debe enviar a Argentina 7,7 millones de metros cúbicos diarios de gas, volumen que debería llegar hasta los 27,7 millones con la construcción del Gasoducto del Nordeste.
Pero la prioridad de Brasil, que tiene asegurados 31 millones de metros cúbicos diarios y la demanda del mercado interno boliviano, amenazan con reducir a poco más de 2 millones de m3 la cuota de Argentina.
La propuesta boliviana parece no tener eco en Brasilia, ya que tanto el canciller de Brasil Celso Amorím, como el presidente de la estatal Petrobras José Sergio Gabrielli, se manifestaron contrarios a recortar la cuota del fluído, aunque señalaron la alternativa de atender el reclamo de Buenos Aires con energía eléctrica.
"En Brasil hay disposición de ayudar a resolver el problema en el marco de la integración", afirmó Amorín en una rueda de prensa el viernes en Buenos Aires, adonde acompañó al presidente Lula en una visita oficial.
Gabrielli aseguró que "Brasil necesita cada molécula" del gas que importa de Bolivia, aunque acotó que Petrobrás es "sensible" al problema energético de su socio mayor del Mercosur.
El titular de la petrolera negó que haya habido presiones del gobierno de Kirchner para que la empresa resignara parte de su cuota y recordó que los dos países buscan otras fuentes energéticas para atender este tipo de demandas.
El tono conciliador de Amorín y Gabrielli no coincidió, en cambio, con el de la directora de Gas y Energía de Petrobras, Maria das Gracas Foster, quien enfatizó que el contrato firmado entre Brasil y Bolivia impone multas "pesadísimas" si no se cumple.
La cuestión energética estuvo presente en la visita oficial de Lula, quien advirtió ante el pleno del Congreso Nacional argentino que es "mundial y muy delicada" y opinó que el tema debería ser discutido con toda Sudamérica.
Lula exhortó a "buscar una nueva matriz energética" que tenga en cuenta el potencial hídrico y nuclear y los biocombustibles de la región.
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