Las gasistas ven en el biometano una solución a la seguridad de suministro
- España abastacerá de gas a Europa si se desarrolla la infraestructura necesaria
Alba Pérez
España tiene todo el potencial para liderar la producción de gases renovables en Europa, fundamentales para la seguridad de suministro y para el proceso de descarbonización de la economía. La patronal gasista, Sedigas, considera que España debería marcarse un objetivo ambicioso de producir biometano para cubrir en torno al 10% de toda la demanda gasista en 2030.
"En términos de biometano, la Unión Europea reconoce que somos el tercer país con mayor potencial. En cuanto al hidrógeno, somos la primera potencia para la producción y exportación de hidrógeno. En este sentido, el biometano es el presente, atendiendo a que es una tecnología madura y competitiva, y el hidrógeno, sin duda, es el vector energético del futuro", explicó Joan Batalla, presidente de Sedigás, en su Reunión Anual 2022.
Suministro a Europa
España cuenta con un tercio de la capacidad de almacenamiento de gas natural licuado en Europa y cerca de un 25% de la capacidad de regasificación. Teniendo en cuenta las características de la infraestructura nacional, España podría desempeñar un papel clave en la seguridad de suministro de los Veintisiete si se desarrollan las interconexiones necesarias con el resto de Europa.
Así lo reclamó la patronal española del gas, Sedigas, en su Reunión Anual 2022. Precisamente, una de las conclusiones a las que llegaron los líderes de la UE, en la cumbre extraordinaria en Bruselas, es la necesidad de desarollar las conexiones para aprovechar las capacidades de la Península Ibérica para contribuir a la seguridad de suministro del Viejo Continente.
Una de las alternativas que hay sobre la mesa a largo plazo es la construcción de MidCat, un gaseoducto ideado hace más de una década que conectaría España y Francia con capacidad de insuflar en Europa alrededor del 5% del gas que ahora importa de Rusia. La puesta en marcha de la interconexión a través de los Pirineos supondría una inversión de alrededor de 500 millones de euros, pero Francia debería destinar cerca de 2.000 millones para reforzar su red de gas del sur -el antiguo mercado PEG Sud- para poder llevar dicho gas hasta Alemania o Italia.
España e Italia también han comenzado a trabajar en una ruta alternativa al Midcat con Francia. Este posible gaseoduto en alta mar iría desde Barcelona a Génova para poder facilitar el tránsito con rapidez del gas hacia el corazón de Europa.
Al igual que ocurre con el Midcat, se trata de una solución a años vista. En el corto plazo, Marco Alverà, consejero delegado del gestor técnico italiano Snam, aseguró en marzo que se está organizando una ruta con un sistema de buques pequeños para transportar el GNL desde España hasta Panigaglia, "donde sólo los buques más pequeños pueden descargar".