Energía

La biomasa pide ampliar a 20 años la retribución de las plantas


    Concha Raso

    El sector de la biomasa está preocupado. Se queja de que no se han tenido en cuenta las alegaciones presentadas al borrador de Orden de subastas el pasado mes de noviembre. Si quieres estar al día de toda la actualidad del sector de la energía, suscríbete gratis a elEconomista Energía https://www.eleconomista.es/kiosco/energia/

    Por un lado, pedían que las subastas específicas para esta tecnología tuvieran carácter anual y que la capacidad subastada fuera de 200 MW en la primera convocatoria y de 100 MW anuales hasta 2025 para poder absorber los proyectos que han estado madurando desde 2016 -fecha en que se celebró la única subasta de biomasa- y llegar a los 700 MW en esa fecha, "lo que permitiría alcanzar el objetivo del PNIEC, que establece un aumento de 800 MW para la biomasa en 2030, ya que se necesitan, como mínimo, tres años para construir y poner en operación este tipo de plantas", afirma Margarita de Gregorio, directora de Appa Biomasa.

    Finalmente, no ha podido ser. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que encabeza Teresa Ribera, ha decidido que las subastas de biomasa se celebren cada dos años, acumulando los objetivos anuales, para facilitar la viabilidad y participación de proyectos con una dimensión suficiente. Según el calendario establecido, la primera subasta tendrá lugar este año, con un cupo de 140 MW, para finalizar 2025 con una potencia total adjudicada de 380 MW.

    A pesar de que para la primera convocatoria -que se celebró el pasado 26 de enero- no se había establecido un cupo de potencia para la biomasa, el sector tenía la esperanza de que alguno de los 1.000 MW a subastar -de un total de 3.000 MW- que quedaban sin restricción tecnológica, fueran a parar a algún proyecto de biomasa. El hecho de que esta tecnología no pueda competir en precio con otras tecnologías -como la eólica y la fotovoltaica-, les ha dejado fuera. La subasta se saldó con un precio medio ponderado de 24,47 euros/MWh para la solar fotovoltaica y de 25,31 euros/MWh en la eólica.

    Por otro lado, desde el sector también pedían que la capacidad a subastar cada año se divida en dos segmentos de acuerdo al tamaño de las instalaciones: la mitad para instalaciones de hasta 20 MW y la otra mitad para las de más de 20 MW, cuestión que, de momento, no se ha contemplado. Desde Appa Biomasa argumentan que el factor de escala incide especialmente en este tipo de instalaciones industriales, "por lo que resulta imprescindible segmentar por tamaños para garantizar un desarrollo óptimo del sector en España, adaptado a la disponibilidad de recurso local", explica de Gregorio.

    Pero lo más grave de todo -señala la representante de Appa Biomasa-, es que el Ministerio ha decidido limitar el periodo de retribución a 15 años, "algo que no tiene sentido, si tenemos en cuenta que la vida útil de una planta de biomasa supera los 25 años y que durante ese tiempo continúan existiendo necesidades de aprovisionamiento de combustible además de O&M".

    Este punto lo están tratando con el Ministerio. De hecho, existe una puerta abierta que permitiría aumentar la retribución a los 20 años en determinadas situaciones excepcionales, tal y como recoge el RD 960/2020 por el que se regula el régimen económico de energías renovables para instalaciones de producción de energía eléctrica. En su artículo 16, se indica que "el plazo máximo de entrega estará comprendido entre los 10 y 15 años, pudiendo ser ampliado, excepcionalmente, hasta los 20 años, en aquellos casos en los que esté justificado por tratarse de tecnologías con una alta inversión inicial o riesgo tecnológico".

    Desde Appa Biomasa piden que se amplíe la retribución obtenida, al menos, a 20 años. "La generación eléctrica con biomasa tiene unos costes de inversión inicial superiores a los de otras tecnologías y, una vez finalizado el plazo máximo de entrega, será prácticamente imposible incluso cubrir los costes de combustible con el precio del pool. Si esto no cambia, se produciría un cierre general que dejaría a la biomasa herida de muerte", afirma de Gregorio.

    Otro punto candente para el desarrollo de la biomasa es la Directiva Europea de Renovables (REDII), que establece unos parámetros de sostenibilidad, de rendimiento y de emisiones muy estrictos para la biomasa sólida, cuyo plazo para su transposición a la legislación española finaliza el próximo 30 de junio.

    "El sector está preparado para cumplir esos requerimientos -explica la directora de Appa Biomasa- pero es el Ministerio el que tiene que establecer la forma en que tenemos que cumplirlos y demostrarlo, de ahí que necesitemos conocer cuanto antes dichos procedimientos. El Ministerio dice que está trabajando en ello, pero de momento no sabemos nada al respecto y las empresas están expectantes porque son criterios cuya implementación no será inmediata, pues solo certificar a los cientos de proveedores de biomasas agrícolas y forestales que hay en España puede llevar meses".

    Proyectos de la subasta de 2016

    Los 200 MW adjudicados en la -hasta el momento- única subasta de biomasa celebrada en enero de 2016, llevan un año en funcionamiento. Las cuatro plantas, propiedad de Forestalia, Ence y Greenalia, se pusieron en marcha en marzo de 2020. La potencia total instalada de biomasa en España, según datos de la CNMC a noviembre de 2020, es de 742 MW.

    La planta de Cubillos del Sil (León) de Forestalia, en la que se invirtió cerca de 120 millones de euros y de 50 MW de potencia, se abastece de biomasa forestal procedente de trabajos de limpieza de bosques para la prevención de incendios, y de biomasa herbácea procedente de explotaciones agrícolas.

    Además de un proyecto en Monzón (Huesca) -cuyos MW transfirió a Ence debido a los recursos contencioso-administrativos que planteó Ecologistas en Acción a las autorizaciones ambientales que impedían la ejecución del proyecto en los plazos fijados por la subasta-, Forestalia tiene ultimado un proyecto en Guardo (Palencia) y ha mostrado interés por desarrollar proyectos de biomasa en Andorra (Teruel). En los tres casos, su desarrollo está supeditado a futuras adjudicaciones en subastas.

    Greenalia, por su parte, acoge en la localidad coruñesa de Curtis-Teixeiro su primera planta de biomasa, en la que ha invertido 135 millones de euros. Esta instalación, de 50 MW de potencia, ha producido en este tiempo más de 166 GWh. Tiene capacidad para tratar, a pleno rendimiento, 500.000 toneladas de biomasa forestal certificada, y da empleo a 135 personas.

    En el caso de Ence, la compañía tiene operativas una planta de 46 MW en Huelva que consume alrededor de 335.000 t/año de biomasa de restos leñosos forestales, orujillo y biomasa herbácea, y la planta de Biollano I (Ciudad Real) a partir de biomasa forestal, agraria y agroindustrial, de 50 MW.

    La empresa tiene otros tres proyectos que suman 140 MW y que podrían empezar a construirse entre el primer y el tercer trimestre de 2022, que ya disponen de punto de conexión, terreno asegurado e Informe de Compatibilidad Urbanística favorable. Se trata de la planta de Biollano II (Ciudad Real), una planta de cogeneración con biomasa en Almería, y la planta de Lancha (Córdoba).