El carbón se mantiene como uno de los recursos de referencia, a pesar de jugar contracorriente en un mundo en el que la búsqueda de un consenso para reducir las emisiones de gases contaminantes se ha convertido en una obligación que no termina de tener su reflejo en un escenario sobre el que planea de forma constante la amenaza del cambio climático.Sin embargo, calentamiento global aparte, los precios alcistas de un barril de petróleo que ronda los cien dólares han contribuido notablemente a que el carbón recupere su espacio en el panorama energético mundial y lo haga, al menos por ahora, para quedarse. Kevin Goodwin, director de análisis de refino de British Petroleum (BP) lo dice bien claro: "El carbón se ha convertido en el combustible de preferencia. A día de hoy sigue aumentando su peso en relativo en la demanda mundial total de energías primarias".La influencia de ChinaY en esta línea ascendente del consumo de carbón, hay un gigante que se lleva la palma: China. El hecho de que Petrochina se haya convertido en la mayor compañía del mundo por capitalización bursátil desbancando a Exxon Mobil es sólo la punta del iceberg de un gigante que no deja de consumir energía. Y para abastecer el consumo del gran dragón asiático, el carbón es hasta ahora la alternativa por excelencia de los chinos, inmersos en una explosión de la industria pesada. Buena prueba de ello es que del consumo total de recursos energéticos de China en el año 2006, un 68,9 por ciento correspondían al carbón; nada menos que 2.325 toneladas a lo largo del año pasado. Escalada de preciosY mientras la demanda aumenta, los grandes señores del carbón se llevan un buen pellizco al bolsillo, sobre todo teniendo en cuenta que los precios no dejan de subir. Prueba de ello es que en los últimos cinco años el precio de este mineral en los mercados internacionales prácticamente se ha duplicado. Según los datos de la consultora británica McCloskey Coal Ltd, especializada en el mercado del carbón y una de las referencias para evaluar los movimientos en esta materia prima, el precio medio de la tonelada de carbón se ha multiplicado prácticamente por dos en el transcurso de un año.Hace cinco años el precio medio de una tonelada de este oro negro era de 35,87 dólares, mientras que en 2006 la media se situó en torno a los 70,78 dólares. Y no sólo eso, sino que según las perspectivas de futuro que tiene el sector, los años de vacas gordas no han terminado: la población mundial sigue creciendo, sobre todo en aquellos países en vías de desarrollo que siguen manteniendo el carbón como uno de sus principales motores de funcionamiento, lejos todavía de apuntarse al boom de las renovables que están viviendo los mercados energéticos occidentales.Coste de la tonelada de carbónPero el subidón de los precios del mineral todavía es más llamativo si se pone sobre la mesa la evolución del coste de la tonelada de carbón. Según recoge la Comisión Nacional de la Energía (CNE) en su informe sobre la propuesta de Orden Ministerial que recogía las tarifas para este año 2008, en enero del pasado año la tonelada de carbón no alcanzaba los 70 dólares. Sin embargo, a finales del mes de noviembre, su precio se había disparado hasta los 120 dólares, casi 82 euros.Por si esto fuera poco, las previsiones del sector no presentan grandes variaciones. De hecho, a lo largo de este recién estrenado 2008 se espera que, en el caso del carbón de coque, por ejemplo, la tonelada alcance los 130 dólares.Factores detonantes¿Pero cuál es el motivo de que el recurso que parecía avocado al olvido esté resurgiendo de sus cenizas? El precio del barril de petróleo en torno a los cien dólares y su tendencia alcista de los últimos meses tienen mucho que ver, pero a esto hay que añadir otros factores. Es el caso, por ejemplo, del alza de precios del gas natural de los años anteriores que ha provocado un incremento de la demanda del mineral. Pero, según señalan los técnicos del sector, hay un factor que juega un papel de peso en el alza de precios y que muchas veces pasa desapercibido: el coste al que tienen que hacer frente las eléctricas por emitir gases contaminantes. En otras palabras: lo que les cuesta a las compañías seguir emitiendo toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.Las centrales térmicas de carbón son de las que más contaminan y de las que tienen un índice de eficiencia más bajo, pero como los precios de los derechos de emisión todavía son bajos, a los pesos pesados del kilovatio les sale rentable seguir aprovechando viejas centrales teniendo en cuenta que cada tonelada de CO2 solamente les cuesta unos 22 euros.El entorno europeo"Con unas generosas normas de asignación, el precio del CO2 no alcanzó valores susceptibles de evitar la sustitución del carbón por el gas en la Unión Europea", explica Goodwin, de BP. Sin embargo, también hay que decir que el panorama en el Viejo Continente todavía no ha variado tanto como para decir que el carbón desbanque al resto de recursos. Según McCloskey, el consumo de carbón en la Europa de los 27 está disminuyendo aunque, eso sí, a un ritmo muy paulatino. Países como Francia y el Reino Unido han reducido notablemente sus importaciones de mineral, si bien en otros Estados europeos como Alemania el consumo se mantiene estable.El control de las cuencas del mineralEntretanto, las grandes compañías mineras se disputan el control de las grandes cuencas de mineral. Buena prueba de ello son los últimos movimientos que se han dado en el sector durante los últimos meses. La operación más sonada es la de la británica BHP Billiton , que no ceja en su empeño de hacerse con otro peso pesado del sector: la australiana Rio Tinto . Los ingleses ofertan 82.000 millones de euros por su competidora, que ya ha rechazado su propuesta. Xstrata , Anglo American :, CVRD : y Vedanta : son sólo algunos de los gigantes dispuestos a hacerse con el primer puesto en el podio mundial de la minería.