La libre circulación en el Espacio Schengen
El Espacio Schengen, formado por 26 países, garantiza la libre circulación de personas y mercancías a través de sus fronteras interiores. La suspensión permanente de este acuerdo supondría la reintroducción de controles policiales fronterizos, lo que generaría, según la Comisión Europea, unos costes anuales de entre 5.000 y 18.000 millones de euros.
La Unión Europea se encuentra, desde hace unos meses, en una etapa convulsa. La crisis humanitaria a causa de los desplazamientos masivos de refugiados, sumado al estado de emergencia a raíz de los atentados terroristas, han hecho tambalear los cimientos del Espacio Schengen. En la actualidad, hay siete países -Alemania, Austria, Dinamarca, Noruega, Suecia, Francia y Bélgica- que han cerrado temporalmente sus fronteras. Ante esta situación, la Comisión Europea trabaja a contra reloj en una nueva hoja de ruta que permita restablecer el Espacio Schengen antes de finales de 2016.
Y es que este acuerdo, fruto del trabajo de más de seis décadas de integración, ha permitido a los más de 400 millones de residentes en estos países viajar libremente por Europa, sin la necesidad de pasar por controles policiales en las fronteras de estos países, así como la libre circulación de mercancías. Es por ello que organizaciones como la división europea de la Asociación Internacional de Aeropuertos y la Confederación Española de Transportes de Mercancías han alzado su voz para alertar de las consecuencias nefastas que supondría la suspensión definitiva del Espacio Schengen: congestión e interrupción de vuelos, viajes más largos y un estancamiento de la economía y el turismo europeo.
¿Cómo funciona el Espacio Schengen?
El Acuerdo de Schengen -ratificado por Alemania, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo en 1985- fija la supresión de las fronteras comunes en los 26 países adheridos. A efectos migratorios, el Espacio Schengen funciona como un único estado, por lo que los ciudadanos de un país que no pertenezca al Espacio Schengen que quieran acceder a él deberán tramitar un único visado. Esto ha supuesto, sin duda, una ventaja competitiva, ya que ha permitido a los viajeros que quieren conocer más de un destino europeo disminuir los tediosos trámites burocráticos y viajar con un único documento.
Así pues, por lo general, para acceder a cualquier país del Espacio Schengen, el viajero debe acreditar el objeto de su viaje, aportar una garantía de las posibilidades de realizarlo y contar con un seguro de viaje obligatorio -conocido también como seguro de visa, seguro de visado o seguro médico obligatorio-, que le dé cobertura médica y asistencia legal.
La obtención de este visado permite al extranjero -durante 90 días y a lo largo de un periodo no superior a seis meses-, moverse libremente por los países que integran el Espacio Schengen, a excepción de los controles que se efectúan en la actualidad en los siete países miembros comentados anteriormente.
Hasta ahora, el Espacio Schengen ha resultado eficaz tanto para los viajeros como para el transporte de mercancías, sin embargo, habrá que esperar a los acontecimientos y acuerdos políticos para ver si se mantiene esta fórmula.