Empresas y finanzas

Aviso de los controladores: el caos en los aeropuertos volverá en vacaciones



    La batalla sigue abierta en el sector aeroportuario español. Usca, el sindicato que defiende a los controladores aéreos y que representa a más del 95 por ciento de los profesionales que trabajan en España, advierte que la situación de caos que se vivió el pasado 2 de enero en Barajas puede volver a repetirse, especialmente durante los periodos de vacaciones, cuando el tráfico aéreo se dispara.

    Ese día, ocho de los 24 controladores del turno de día causaron baja médica, lo que motivó el cierre de dos de las cuatro pistas de las que dispone el aeropuerto madrileño y la consecuente cancelación de decenas de vuelos.

    Rafael López, secretario general de Comunicación de Usca, reconoce que "aunque la caída del tráfico aéreo ha aliviado algo la situación, el problema es que en España hay un déficit de controladores aéreos". Usca considera que si se tiene en cuenta que casi un 50 por ciento más del trabajo se hace con horas extra, para cumplir con la jornada normal, debería haber un 50 por ciento más de plantilla.

    "Aena debe tomar ahora medidas para cuando se recupere el tráfico y no esperar a que sea demasiado tarde", dice López. Cada controlador realiza por contrato unas 120 horas al mes fijas, aunque puede entrar también en un plan que supone un compromiso para realizar otras 45 horas extras más y sumar de formar voluntaria hasta un total de 200 al mes. Debido a la caída del tráfico, Aena quiere ahora reducir las jornadas y prescindir de estas últimas.

    Negociaciones

    El secretario de Comunicación y portavoz de Usca explica que "el convenio anterior expiró hace cuatro años y desde entonces lo único que hemos logrado ha sido alcanzar acuerdos puntuales en determinadas materias, que conviene reflejar ahora en un convenio para que tengan la estabilidad suficiente".

    En España hay unos 2.500 controladores aéreos. El gestor aeroportuario reconoce que está adaptando su "capacidad productiva" a la bajada del tráfico (del 3,9 por ciento en 2008) intentando que su impacto sea "el mínimo posible". No obstante, la directora de Navegación Aérea de Aena, Carmen Librero, reconoció ya hace unos días a Efe que la decisión no gusta a todo el mundo. "Los seres humanos somos reacios al cambio y, como siempre que se adoptan nuevas medidas, hay dificultades para su aplicación y eso puede producir algún tipo de ruido".

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