Circuit City, la segunda cadena de electrónica de EEUU, inicia su liquidación
La segunda mayor cadena de tiendas de productos de electrónica en Estados Unidos, Circuit City, ha decidido cerrar y pedir autorización para liquidar su negocio, ante su incapacidad para encontrar un comprador o negociar su deuda. "Estamos muy decepcionados con esta solución. La compañía ha mantenido constantes negociaciones pero por desgracia, no fuimos capaces de cerrar un acuerdo con acreedores y prestamistas" ha explicado su consejero, James Marcum.
La compañía, cuyas ventas solían ser utilizadas como referencia por los analistas para tomar el pulso al consumo de los estadounidenses, se declaró en suspensión de pagos en noviembre. Desde entonces trató de negociar su deuda y encontrar una salida viable a su situación, por lo que también trató de encontrar un comprador.
Ante la falta de soluciones dentro de los plazos establecidos y pese que llegó a mantener negociaciones con dos potenciales compradores, la compañía, con sede en Richmond (Virginia), ha decidido cerrar sus 567 tiendas y liquidar sus activos. Para ello, ha iniciado los trámites respectivos, cuyo primer paso es pedir permiso a las autoridades competentes.
El camino libre para Best Buy
La desaparición de esta firma despeja el camino de la primera cadena de electrónica del país, Best Buy, pero supone también un paso importante en la transformación que sufre el comercio minorista estadounidense a raíz de la caída del consumo.
Durante el año pasado decenas de negocios minoristas suspendieron pagos (entre ellas Boscov's, Sharper Image, Mervyns, Linens'n Things, Whitehall Jewelers y Steve & Barry's) y parece que en la recta inicial de 2009 esa tendencia se va a mantener.
El hecho de que los bancos también estén pasando apuros financieros hace muy complicado que las empresas con dificultades accedan a nuevos créditos que les permitan reestructurar sus deudas, con lo que salir de la situación de bancarrota les resulta complicado.
Las acciones de Circuit City cayeron el 76,67% en la Bolsa de Nueva York y cerraron al ridículo precio de 0,04 dólares cada una, aunque en las operaciones electrónicas que tienen lugar después del cierre bajaron otro 2,86%, hasta los 0,035 dólares.