El ladrillo sólo necesita cuatro años para sanear sus incursiones en energía
MADRID. Imagine que compra una casa y, en lugar de pagar intereses al banco por la hipoteca, éste le da a usted cada año un dinerillo que, en cuatro años, le permite liquidar la mitad del crédito. ¡La casa de sus sueños!, ¿verdad? Ahora piense: Si hablamos de casas, hipotecas, créditos... ¿quién le viene a la cabeza? Las constructoras.
Ellas han puesto en marcha esta fórmula mágica. Pero, lamentablemente, no para financiarle el piso, sino para adquirir gigantes como Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa y Repsol YPF. El planteamiento es el siguiente: Las constructoras piden un crédito para adquirir acciones de las energéticas. Como garantía, utilizan los mismos títulos que han comprado. Además, cada año se inyectan la parte del beneficio que les corresponde por su participación y un suculento beneficio. Jugada perfecta, porque con este dinero pueden financiar la mitad de la adquisición en cuatro o cinco años.
Ejemplo práctico
Para entenderlo mejor, cojamos las adquisiciones que ha realizado ACS en Unión Fenosa e Iberdrola; Acciona en Endesa; y Sacyr en Repsol YPF. Además, para simplificar este ejercicio práctico, vamos a inyectar a cada constructora la parte del beneficio que le correspondería por cada ejercicio completo, aunque, en realidad, el año en que han realizado la compra sólo pueden apuntarse el último trimestre, ya que todas han operado en la recta final de este año (excepto la entrada de ACS en Fenosa, que fue en 2005).
Con estas cartas sobre la mesa, y ajustándonos a las previsiones de resultados y dividendo que concede a cada energética el consenso de JCF (referencia del mercado), ACS conseguiría 1.233,75 millones de euros por el 10 por ciento que controla en Iberdrola de aquí a 2009. Para ese año, la constructora presidida por Florentino Pérez habría obtenido 2.039,42 millones por el 35 por ciento que tiene en Fenosa. En el primer caso, podría hacer frente al 37 por ciento de la inversión. En el segundo, al 57,4 por ciento.
No obstante, la constructora necesita entrar en el consejo de Iberdrola para apuntarse los 782,10 millones de euros que le correspondería de beneficio. O comprar hasta el 20 por ciento del capital.
Acciona tiene el mismo problema. La compañía presidida por José Manuel Entrecanales posee el 10 por ciento de Endesa, pero carece de consejero. Suponiendo que consiguiera entrar en el máximo órgano de administración, se anotaría 1.065,80 millones por la parte que le corresponde del beneficio y 692,39 millones de dividendo. En total, 1.758,19 millones, que representan el 51,7 por ciento de los 3.400 millones que ha invertido para entrar en la compañía presidida por Manuel Pizarro.
Pero Acciona también tiene la opción de adquirir hasta el 20 por ciento de Endesa para poder consolidar el beneficio. En este caso (bastante probable), y suponiendo que compra en el entorno de los 32 euros por acción (como hizo con el primer diez por ciento) la compañía seguiría financiando el 51 por ciento de su inversión con el dividendo y los beneficios de Endesa.
Sacyr Vallehermoso es el tercer ejemplo. La constructora presidida por Luis del Rivero ha sido la última en adentrarse en el sector energético. Pero puede conseguir los mismos buenos resultados que sus competidores. Si consideramos que tiene ya el 10 por ciento de la petrolera (controla el 9,24 por ciento pero quiere llegar al 10 por ciento), en cuatro años podría financiar el 54,5 por ciento de los 3.080 millones que le costaría, aproximadamente, esta adquisición.
Pero esta fórmula mágica se vendría abajo en algunos escenarios. Por una parte, que las energéticas no consiguieran los suculentos resultados previstos. Por otro, que las constructoras queden fuera del consejo y tampoco adquieran el 20 por ciento necesario para poder consolidar el beneficio. Y, por último, que la acción de las energéticas se desplome. En ese caso, los títulos que han puesto como garantía de los créditos no servirían... y el castillo de naipes se vendría abajo.