Arquitecto cree que premio a T-4 borra "los pequeños disgustos"
Madrid, 17 oct (EFECOM).- El premio "Stirling" de arquitectura concedido al británico Richard Rogers por la Nueva Area Terminal de Barajas, "borra los problemas y pequeños disgustos que hemos tenido y que han sido infinitamente menores que las satisfacciones", afirmó el arquitecto Carlos Lamela, cuyo estudio ha trabajado en la construcción de la Terminal-4.
Este galardón "es el más importante del Reino Unido y uno de los más prestigiosos del mundo con respecto a la arquitectura y, aunque se da a obras realizadas por arquitectos británicos, hemos tenido la suerte de acceder a él gracias a nuestra colaboración en el proyecto", comentó a Efe Lamela.
El estudio de este arquitecto español ha trabajado durante diez años con el de Richard Rogers, representado en España por Simón Smithson.
El premio "Stirling", dotado con cerca de 30.000 euros y que concede el Royal Institute of British Architects, tiene un gran significado para Lamela al premiar "no solo a nosotros como arquitectos, sino a todo el equipo. Después de una gran labor, una institución de prestigio reconoce el trabajo".
Además, es un empuje a una obra en un momento en que, aunque nadie ha discutido su calidad arquitectónica e ingenieril, "en algún momento se pudo entrever que era un edificio que había tenido alguna dificultad en sus primeros días de apertura".
Las criticas vertidas sobre la T-4 desde su inauguración el pasado mes de febrero son, en su opinión, "totalmente injustificadas y provienen de una visión un tanto intransigente que tuvieron los medios de comunicación durante los primeros días. Hay que darse cuenta de que es la obra más grande de arquitectura que se ha hecho nunca en la historia, que se inauguró de golpe una obra de más de un millón de metros cuadrados".
En una sola noche todo tuvo que comenzar a funcionar, "lo que significa una dificultad máxima. Nunca se había puesto en servicio a la vez un edificio tan grande con unos sistemas aeroportuarios que requieren una gran complejidad, además de todo el traslado del sistema de navegación aérea".
En el momento en que todo no funcione al cien por cien, teniendo en cuenta que hay casi cien mil personas que utilizan diariamente la terminal, el reflejo es muy grande, según Lamela quien consideró que, según ha pasado el tiempo, las criticas y los problemas se han quedado en anécdotas.
"Los últimos meses hemos visto que las referencias negativas ya no existen y lo cierto es que todo el mundo esta muy contento. Nosotros no paramos de organizar visitas que nos piden, desde otros aeropuertos, de escuelas de arquitectura, de ingenieros, etc.", comentó el arquitecto.
Orgulloso e ilusionado con el premio recibido, Carlos Lamela, que actualmente está inmerso en la ampliación del Aeropuerto de Gran Canaria y que a final de año inaugurará el de Varsovia, cree que la T-4 ha despertado "una envidia sana" en muchos países de Europa, y es "una tarjeta de visita importantísima que contribuye a la visión que hay de España".
La gran repercusión que ha tenido el proyecto internacionalmente "es importante para España, para el Ministerio de Fomento, para las administraciones, para la ciudad y para la Comunidad de Madrid". EFECOM
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