Empresas y finanzas

El ferrocarril, pieza clave en el transporte sostenible

  • La alta velocidad evitó la emisión de casi 13 toneladas de CO2 en 25 años
El tren representa el 8% del transporte mundial, pero solo el 3,5% del total de emisiones de CO2 debidas a este sector. <i>iStock</i>

Gonzalo Urdiales

En noviembre de 2016 entró en vigor uno de los instrumentos más ambiciosos para limitar el cambio climático a escala global, el Acuerdo de París. Los 197 firmantes, entre los que se cuenta la Unión Europea (UE), aceptaron unir fuerzas para que el aumento de la temperatura global durante este siglo no rebase en más de dos grados centígrados el nivel de la era preindustrial.

Dicho acuerdo, que ya ha sido suscrito por 160 de las partes, requiere que cada firmante defina sus propias metas mediante "contribuciones determinadas nacionalmente" y que las fortalezcan en años sucesivos. Estos progresos se irán comprobando cada cinco años; 2018 será el año inicial en que los países den cuenta de los pasos dados hasta el momento para lograr los objetivos.

En esta estrategia, el transporte es un elemento esencial: es el origen de cerca del 23% de las emisiones de CO2 en todo el mundo. En Europa, el transporte representa un tercio del consumo total de energía y es causante de más de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). También es responsable de buena parte de la contaminación atmosférica y acústica urbana, y tiene efectos perniciosos sobre el paisaje, al dividir los espacios naturales.

La reducción de estas emisiones es más difícil si se considera que la demanda de transporte sigue de cerca el crecimiento económico: en los países miembros de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) -los 28 de la UE más Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y Turquía-, el consumo anual del sector del transporte creció de manera sostenida entre 1990 y 2007. Solo la crisis financiera atajó esta tendencia.

Hay un consenso amplio sobre lo que debería lograrse en este sector para cumplir los requisitos de París: reducir sus emisiones en al menos un 50% antes de 2050.

La austeridad del tren

En el caso del transporte ferroviario, la realidad invita más al optimismo. El sector del tren genera muy poca polución; según la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC), es responsable del 3,5% de las emisiones de CO2 debidas al transporte. Y ello a pesar de que el 8% del transporte mundial se hace por ferrocarril. Este modo de transporte supone apenas el 0,82% del total de las emisiones de CO2.

Las emisiones de CO2 específicas del tren se han reducido un 63%, en el caso de viajeros, y un 48%, en las mercancías, entre 1975 y 2013.

En Europa, la cuota total de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) del transporte ferroviario es del 3%; los esfuerzos del sector han tenido como resultado una reducción del 35% desde 1990. Idéntico porcentaje de caída han registrado las partículas en suspensión generadas por el ferrocarril en dicho periodo, hasta dejarlas en el 4,5% del total.

Por todo ello, el ferrocarril se considera uno de los elementos centrales para una economía baja en carbono. La actividad de Renfe en los servicios de alta velocidad en España, que cumplen 25 años, lo pone de manifiesto.

Entre 1992 y 2016, la actividad de transporte de Renfe en los servicios de alta velocidad en larga y media distancia -346 millones de viajeros- han permitido un ahorro para la sociedad estimado en 4.286 millones de euros, si se evalúa en términos económicos el impacto sobre el cambio climático, la contaminación y la tasa de accidentes que habría ocasionado el realizar este transporte por otros medios.

De la misma manera, el uso del ferrocarril ha evitado la emisión por transporte en España de más de 12,9 millones de toneladas de CO2, y un ahorro energético superior a las 2,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo.

Son datos proporcionados por Renfe de acuerdo con la metodología de sustitución modal contenida en el estudio Carbon footprint of railway infrastructure, de la UIC, y la evaluación de externalidades del estudio Costes externos del transporte en Europa, elaborado por CE Delft en 2011.

Hacia las cero emisiones

El 89% del volumen de transporte de viajeros y mercancías de Renfe se desarrolla por vías electrificadas, por lo que está parcialmente descarbonizado con relación al actual mix eléctrico (53% sin emisiones y 33% renovables).

La empresa ha reducido su huella de carbono un 56% desde 1990, y mantiene activa una estrategia de sostenibilidad y eficiencia energética que incluye un acuerdo con Adif en diferentes áreas: mejora de prácticas de consumo y ahorro de energía, estudio de la tracción mediante gas natural licuado o pilas de hidrógeno como posibles sustitutos del combustible fósil.