Empresas y finanzas

Los empresarios reciben al mandatario entre el entusiasmo y el escepticismo

    Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEO. <i>Foto: Archivo</i>


    División de opiniones y sólo una coincidencia: Barack Obama levanta pasiones también entre los economistas españoles, aunque no todas ellas sean favorables. Las relaciones hispano-norteamericanas se contemplan con esperanza de mejora por muchos y con escepticismo por otros. Hay quienes consideran, como el catedrático Amadeo Petitbó, que es muy difícil que puedan empeorar en el terreno político.

    Lorenzo Bernaldo de Quirós, miembro del Consejo Editorial de elEconomista, insiste en que España es un país irrelevante para Estados Unidos y que, además, como aliado, ha apoyado todas las causas contrarias a ellos, por lo que no cabe esperar grandes cambios. "En EEUU son serios y algunos gestos de España no han pasado inadvertidos ni se van a olvidar", recuerda.

    No sin ironía, el vocal del Tribunal de la Competencia de la Comunidad de Madrid, Vicente Boceta, asegura que las relaciones mejorarán porque el Gobierno español necesita salir "del aislacionismo internacional en el que él solo se ha metido y se plegará a todo lo que diga Estados Unidos" para romper ese aislamiento. Elena Pisonero, ex embajadora española ante la OCDE cree que las relaciones empresariales no están mal, aunque por debajo del potencial. Las relaciones políticas son otra cosa, "pero -afirma- no creo que hayan influido demasiado en la creciente presencia de empresas españolas en EEUU en los últimos años".

    Relaciones bilaterales

    El catedrático Ramón Tamames asegura que "España es una provincia lejana para Estados Unidos. En la Europa que cuenta allí no está incluido nuestro país. Habrá una mejora de las relaciones políticas bilaterales, pero no influirá mucho en las relaciones económicas".

    El catedrático de la UNED, Manuel de Jesús González, considera que la diplomacia española debe ser hábil en esta etapa, aunque cree que las relaciones económicas no han empeorado entre nuestro país y la primera potencia del mundo. "El impulso de algunos sectores, -afirma-, depende ahora de los gestos del presidente del Gobierno español".

    Mauro F. Guillén, profesor del Wharton School University of Pennsylvania, sin embargo, declara a elEconomista que "la Administración de Obama va a ser mucho más competente desde un punto de vista técnico que la de Bush, y van a fortalecer las relaciones con los aliados europeos, España incluida.

    El presidente de CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, es de la opinión de que las buenas relaciones con Estados Unidos son "imprescindibles para nuestro país". El presidente de la patronal está "convencido" de que van a desarrollarse positivamente de aquí al futuro. "España -añade- tiene que tener buenas relaciones con independencia de quién sea el presidente".

    No lejano a esta idea está el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, que espera que unas relaciones que siempre han sido buenas se vean reforzadas con la presidencia de Obama. Lo mismo viene a opinar Emilio Ontiveros, presidente de AFI. "Las relaciones bilaterales, -señala Ontiveros-, ya eran bastante aceptables".

    Será más fácil vender

    Más optimista aún se muestra Jaime Malet, presidente de la Cámara de Comercio Americana en España. "Tenemos muchas cosas que ganar, afirma, con EEUU. De ahora en adelante será más fácil salir a vender, si al más alto nivel hay buena relaciones. Nuestra principal baza será el proceso de internacionalización hacia Europa y hacia América Latina". Malet cree que España tiene que hacer un esfuerzo de marca y de visibilidad y sacar partido a que EEUU es la segunda potencia económica hispánica del mundo y que es una economía más grande que la española".

    Este reconocimiento de Europa por parte de Barack Obama es ponderado por el vicepresidente ejecutivo de ICEX, Ángel Martín Acebes, quien considera que el cambio es posible y que Estados Unidos y Europa pueden recuperar el camino de la confianza en la economía global. "Obama -dice Acebes- va a ser un presidente proeuropeo, algo que se verá con claridad en la cumbre de la UE y EEUU en el primer semestre de 2010, coincidiendo con la Presidencia española".

    Los sindicatos mayoritarios españoles se dejan llevar también por el entusiasmo. Cándido Méndez, secretario general de UGT, está convencido de que las relaciones con EEUU van a mejorar. De la misma opinión es Javier Doz, secretario de Relaciones Internacionales de Comisiones Obreras, que abre las expectativas "a todas las relaciones internacionales, las políticas económicas y los derechos humanos".

    El secretario general de UPTA y miembro del Consejo Editorial de elEconomista, Sebastián Reyna, no tiene dudas: "Objetivamente, afirma, las relaciones bilaterales van a a mejorar. Lo hubieran hecho fuera quien fuera el que diera el relevo a Bush". No obstante, Reyna pondera que no se va a producir "un cambio radical", porque "le cogemos lejos y nuestras relaciones siempre van a ser muy reducidas".

    Satisfacción manifiesta

    La opinión más cauta o más reticente sobre el futuro de las relaciones bilaterales es el presidente del Consejo General de Economistas, Valentí Pich, que asegura que "las relaciones están aún por escribirse", aunque también recuerda que el candidato demócrata se mostró en la campaña electoral como muy proteccionista en el comercio.

    Las empresas con intereses en Estados Unidos no ocultan su satisfacción. Las energéticas Iberdrola Renovables y Gamesa destacan con satisfacción el ambicioso programa de Barack Obama para este sector y apuntan que ambas tienen en el mercado norteamericano muy buenas expectativas con la Presidencia de Obama, que eligió a Gamesa para hablar de creación de empleo en Estados Unidos alrededor de las energías renovables.

    El empresario Juan Miguel Villar Mir, presidente de OHL, saluda también con satisfacción la victoria de Obama, especialmente por su compromiso de impulsar las infraestructuras como palanca dinamizadora en estos momentos de paralización de la economía. Villar Mir señala que "se abren nuevas posibilidades en las relaciones de Estados Unidos con España que, sin duda, mejorarán las vigentes, aunque destaca que "siempre han sido buenas".

    Por su parte, BBVA considera que tras las elecciones en EEUU se abre una nueva etapa en la que la prioridad más inmediata debe ser hacer frente a los retos de la desaceleración económica y, en el medio plazo, la construcción de un sistema económico y financiero global más sólido, capaz de generar crecimiento sostenido.

    "Estados Unidos tiene los resortes necesarios para afrontar los problemas actuales de su economía y para contribuir decisivamente a diseñar las medidas que deben apoyar una salida coordinada y global de la crisis, a lo que ahora se debería sumar el impulso de un liderazgo fuerte y renovado encarnado en Barack Obama", apuntan desde el BBVA. La entidad financiera asegura que es optimista sobre la evolución de EEUU, un área estratégica para BBVA, y donde está sólida- mente posicionado en el Sunbelt, la región de mayor crecimiento del país.

    Debate económico

    Si en relación con España las opiniones van del entusiasmo al escepticismo, hay práctica unanimidad entre los economistas consul- tados en dudar de la política económica de Obama. Una mayoría plantea serias objeciones al proteccionismo que se desprende de sus opiniones de la campaña electoral demócrata.

    Mauro F. Guillén se desmarca y cree que "Obama va a poner en marcha un estímulo fiscal, sobre todo, a través de gasto en infraestructuras. Creo que es la respuesta correcta a la crisis. Considero que tiene una oportunidad de oro para demostrar que sus ideas son las correctas. La crisis va a ser más corta que si McCain hubiera ganado".

    Bernaldo de Quirós, Boceta y Petitbó, sin embargo, coinciden en el temor que se dispare el déficit público y que se genere más inflación. "Si Obama aplica lo que ha esbozado de su programa -señala Bernaldo de Quirós- estará condenando a los Estados Unidos al estancamiento, la inflación y quizás a una depresión profunda, en línea con lo que han hecho los demócratas pre-Clinton".

    El economista Tamames, sin embargo, confía en que los asesores de a Obama, Volker, Krugman y Buffett le ayuden a tomar las decisiones acertadas.