Atlantia, una concesionaria que quiere dejar de ser tan italiana
- El grupo transalpino genera aún el 85% de su cifra de negocios en Italia
Giovanni Vegezzi
Se llama Atlantia pero su negocio es muy mediterráneo. El grupo italiano que ha lanzado una oferta pública de adquisición (opa) sobre Abertis mira con deseo a los activos internacionales de su rival español. De hecho, Atlantia es la misma Autostrade Spa que hace una década intentó fusionarse con Abertis; el matrimonio fue entonces obstaculizado por el Gobierno italiano, pero el objetivo de fondo del grupo (que en 2007 asumió el nombre de Atlantia) no ha cambiado: internacionalizar el antiguo monopolio transalpino de las autopistas.
Nacida en 1950 con el nombre de Società Autostrade, la sociedad, controlada por el Estado, construyó y gestionó durante décadas las principales autopistas transalpinas. Salió a bolsa en 1987 y en 1999, cuando el Gobierno dio el pistoletazo de salida a las privatizaciones, fue comprada por un grupo de empresarios liderados por los Benetton (ahora controlan el 30 por ciento del grupo a través del holding Sintonia).
"Atlantia es un actor global del sector de las infraestructuras en autopistas y aeropuertos, con 5.000 kilómetros de autopistas de peajes en Italia, Brasil, Chile, India y Polonia y la gestión de los aeropuertos de Fiumicino y Ciampino en Italia y de los tres aeropuertos franceses de Niza, Cannes-Mandelieu y Saint Tropez", afirma el grupo en su presentación corporativa. Sin embargo, la concesionaria sigue realizando el 85 por ciento del negocio en Italia, como demuestra el nombre de las dos sociedades operadoras controladas por el holding Atlantia: Autostrade per l'Italia (Autopistas para Italia) y Aeroporti di Roma (Aeropuertos de Roma).
Su mercado extranjero más importante es Brasil, donde gestiona 1.538 kilómetros de autopistas; luego Chile (donde compraron en 2011 las concesiones de Acciona) con 313 kilómetros; India (110 kilómetros) e Polonia (61 kilómetros).
Gran empuje internacional
Según afirman los analistas de la firma Equita, Atlantia, a través de una fusión con Abertis, aumentaría el peso del negocio internacional en su margen bruto de explotación del 25 al 60 por ciento, acelerando el proceso de diversificación geográfica de los últimos años, culminado en 2016 con la compra de la sociedad de gestión aeroportuaria Aéroports de la Côte d'Azur.
A pesar de necesitar más presencia internacional, ya es un grupo muy rentable: durante los primeros tres meses de 2017 logró un beneficio de 176 millones (el 7 por ciento más de incremento interanual) y un margen bruto de explotación de 785 millones, el 9 por ciento más. El endeudamiento neto bajó unos 326 millones, hasta 11.350 millones.
Si hace diez años, con el primer intento de matrimonio, Abertis resultaba ser el socio mayoritario de la fusión, ahora la situación se ha invertido: Atlantia logró en 2016 un volumen de negocio más elevado (5.500 millones frente a los 4.900 millones del grupo español) y de beneficio (1.100 millones con respecto a los 796 millones de Abertis).
El empuje a las cuentas viene de la tímida recuperación italiana que favorece el tráfico en autopistas y aeropuertos. De hecho, Atlantia controla el 50 por ciento de la red de autopistas del país y Fiumicino, el principal aeropuerto. Tiene además buenas perspectivas porque el vencimiento de sus principales concesiones es de largo plazo: las de Autostrade per l'Italia (representan el 65 por ciento de su margen bruto de explotación) vencen en 2038 y las de Aeroporti di Roma (aportan otro 15 por ciento) en 2044.
Las autopistas más rentables
En un negocio tan regulado como es el de las concesiones las relaciones con la política son esenciales. Y los Benetton, una de las familias más importantes de empresarios italianos, han sabido jugar bien sus cartas. Durante los últimos 15 años los peajes han crecido mucho más rápido en Italia que la inflación -alzas del 45 por ciento frente al 25 por ciento en los precios-. Según los analistas, las autopistas italianas son las más rentables de Europa junto a las francesas, con un ingreso anual para las concesionarias de 800.000 euros por kilómetro.
Que las autopistas transalpinas sean la gallina de los huevos de oro del grupo no ha impedido a Atlantia vender una cuota de Autostrade per l'Italia para financiar la compra de Abertis. A finales de abril el holding aprobó vender un 10 por ciento de la operadora a fondos de inversión por casi 1.500 millones.
El grupo italiano planea enajenar, si la opa sobre Abertis resulta exitosa, también el negocio de las torres de telecomunicaciones. Atlantia se desprendió de sus activos en este sector en 2014, cediéndoselos justo a Abertis, y ahora pretende vender el 4 por ciento más una acción de la firma de torres de telecomunicaciones en poder del rival español para evitar una opa sobrevenida. Y los italianos, según señalan fuentes financieras próximas al proceso, estarían considerando incluso la desinversión total.