Expertos dudan proyecto de alianza petroleras Argentina y Bolivia
Buenos Aires, 10 oct (EFECOM).- La escasez de recursos y la incierta situación política de Bolivia hacen poco viable la proyectada alianza entre las petroleras estatales argentina Enarsa y boliviana YPFB, según expertos consultados por EFE.
La iniciativa -calificada por algunos analistas como "positiva", ya que tiende a la integración energética- responde a acuerdos por los que Argentina aumentará sus compras de gas boliviano y Bolivia industrializará su producción de hidrocarburos.
Tras la crisis energética del 2004, Argentina quiere aumentar sus compras a 27 millones de metros cúbicos diarios de gas de Bolivia, que a su vez pretende construir una planta separadora de gases y ampliar su producción de hidrocarburos.
Fruto de estas inquietudes, la alianza entre Energía Argentina (Enarsa) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) podría incluir la participación de la empresa boliviana en el Gasoducto del Norte argentino, que depende del aumento del suministro del fluido del país andino.
"Hasta el momento Enarsa no ha pasado de ser una empresa en los papeles, sin ningún tipo de actividad petrolera en el país, fuera de los acuerdos de exploración con Repsol YPF y Petrobras, en los que no aporta inversión", apuntó Eduardo Alvarez, economista jefe de la consultora IES.
Por tanto, dijo el experto, "es incierta" la capacidad de Enarsa para desarrollar recursos gasíferos en Bolivia "ya que no cuenta con experiencia previa" en esa materia.
YPFB "tampoco tiene recursos para exploración" y su posible participación en el Gasoducto del Norte "no aparece como un aporte de significación" porque depende de una provisión de gas boliviano "que resulta imposible sin las inversiones necesarias".
Para Yanella Lovecchio, experta en hidrocarburos de la consultora Montamat y Asociados, Bolivia "tiene hoy que arreglar su problema interno para restablecer la operatividad de su industria de gas natural".
Opinó que Argentina "tiene que intentar cerrar un acuerdo con Bolivia" al tiempo que debe emprender la construcción de una planta para poder importar gas envasado desde otros países.
La experta insistió en que Argentina tiene que buscar otros tipos de combustibles, pues la "mayor dependencia" del gas "hace imprescindible" aumentar las compras a Bolivia e "inevitable" la reducción gradual de las ventas del hidrocarburo argentino a Chile.
Alvarez señaló que Argentina necesita entre 27 y 30 millones de metros cúbicos diarios de gas "cuando Bolivia sólo produce cerca de 41 millones y ha comprometido también el aporte a Brasil por una cantidad similar a toda su producción actual".
Señaló que "la única condición" en que "podría ser viable" la alianza Enarsa-YPFB es que la firma argentina invierta "como mínimo" 3.000 millones de dólares para aumentar la producción y transporte de gas en Bolivia.
Calculó que hacen falta otros 1.200 millones de dólares para la planta separadora de gases boliviana, con lo que es "poco probable" la viabilidad de la alianza debido a la "escasa o nula hasta ahora" capacidad financiera de Enarsa.
"La alternativa es que las inversiones sean realizadas por las empresas privadas radicadas en Bolivia, lo cual tampoco parece probable en las condiciones políticas y económicas actuales de ese país", puntualizó Alvarez.
Lovecchio comentó que el proyecto de asociación energética "siguen únicamente en los papeles" y advirtió de que el abastecimiento de gas a Argentina "va a transformarse en un problema acuciante en los próximos años".
A juicio de Alvarez, "un factor decisivo" es que se resuelvan los conflictos políticos en Bolivia, ya que si la situación empeora, se vería "profundamente afectada" la seguridad de las inversiones.
"Empero, es muy factible que la situación se resuelva en una u otra dirección antes de que esas inversiones puedan ser concretadas, si es que se concretan", matizó.
Según Daniel Montamat, ex secretario argentino de Energía (1999-2001), Bolivia "no tiene las reservas adicionales para un gasoducto hacia Argentina".
El presupuesto de Enarsa se duplicó la semana pasada con la adjudicación de unos 128 millones de dólares y el ministro de Planificación, Julio De Vido, ha remarcado que la empresa es "superavitaria" por las ganancias de la reventa de gas boliviano. EFECOM
alm/nk/E/tg/jla