Navantia acaba una subestación de 70 millones para una eólica de Iberdrola
- Pesa 8.500 toneladas y forma parte del proyecto marino de Wikinger
Tomás Díaz
Navantia le entrega hoy a Iberdrola, en el astillero de Puerto Real (Cádiz), la subestación eléctrica del parque eólico marino de Wikinger, una colosal infraestructura de 8.500 toneladas -más que la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad juntas- que ha exigido una inversión de 70 millones de euros.
La planta eólica marina -off shore en inglés- de Wikinger es uno de los proyectos estrella de la empresa presidida por Ignacio Sánchez Galán. Situada en las aguas del norte de Alemania, tiene un presupuesto total de 1.400 millones. Con 350 MW de potencia, se concluirá a finales de 2017, momento en que producirá energía suficiente como para cubrir las necesidades de 350.000 hogares. Percibirá a cambio 190 euros por MWh durante 12 años.
En su construcción participan empresas españolas como Gamesa -por medio de su participada Adwen le suministra las 70 turbinas de los aerogeneradores-, Windar -le contruye los fustes de los molinos y otras piezas- y Navantia, que le ha prepardo las cimentaciones de las máquinas y la correspondiente subestación eléctrica.
El contrato con Navantia, firmado en 2014, ha ascendido a 160 millones, de los que 90 han correspondido a las cimentaciones -denominadas jackets en inglés-, que se han construido en los astilleros de la empresa en La Coruña y se entregaron hace dos semanas, y los 70 millones restantes a la subestación.
El corazón del parque eólico
La subestación es el corazón del proyecto, desde el momento en que se encarga de recoger la energía producida por los molinos en alta mar y la prepara para transmitirla a tierra firme. Todo este proceso de captación, transformación y evacuación de la energía, habitual y sencillo en tierra firme, es particularmente complejo aguas adentro; tanto, que en la actualidad es la principal causa de los más elevados costes de la eólica off shore frente a su pariente terrestre.
Además, la tecnología está desarrollándose y en muchos casos se sitúa a la vanguardia del conocimiento. Baste como prueba que la subestación de Navantia es la primera de su clase montada juntando dos superestructuras y también es la primera con seis cimentaciones pre-pilotadas.
Otros datos impresionantes del ingenio es que construirla ha exigido 90.000 horas, pesa 8.500 toneladas -más que la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad juntas- y que el cableado que la circunda es cinco veces más largo que el de una subestación terrestre. Es totalmente automática y se pude controlar de forma remota.
Al acto de entrega de la subestación asistirán los presidentes de ambas empresas, Galán y José Manuel Revuelta, así como la presidenta andaluza, Susana Díaz.