Empresas y finanzas

Repsol y MotoGP, dos décadas de victoria

  • La vinculación fomenta el desarrollo tecnológico y la innovación en el marco de la competición más exigente del motociclismo


Uno de los leit motiv más reconocidos de Repsol afirma que "la historia demuestra que el futuro está en quienes se anticipan y se adaptan a los nuevos retos". Precisamente esa filosofía es la que hizo a la compañía energética apostar su destino al motociclismo de competición, un patrocinio que cuenta con más de 40 años de historia -22 en el equipo de MotoGP- y se ha revelado como todo un ejemplo de éxito empresarial y deportivo.

El origen de la apuesta de Repsol por las competiciones de motor se remonta a 1969. Hasta esa fecha sólo estaban presentes en el sector los propios fabricantes de vehículos. El desarrollo industrial y mecánico propició el maridaje con el automovilismo deportivo primero para después, en 1971, hacerlo con el motociclismo de la mano de Ángel Nieto.

Repsol y Honda Racing Corporation (HRC) sellaron su acuerdo de colaboración en febrero de 1995, estableciendo desde ese momento una relación de confianza y trabajo en equipo que ha creado la combinación perfecta entre motociclismo e innovación; una senda que consecuentemente ha cosechado muchos frutos deportivos y desarrollo de negocio. No en vano, la vinculación de Repsol con la marca de motocicletas es la más duradera del Mundial entre un patrocinador y un fabricante.

En estos años, el equipo Repsol-Honda se ha convertido en el más sólido de la historia de este deporte, primero en la categoría de 500cc y ahora en MotoGP, con nada menos que 11 títulos individuales. Esto ha llevado al binomio Repsol-Honda a ser un icono reconocible por los aficionados al motor en todo el mundo, que asumen los valores de responsabilidad, integridad y superación que desprende la alianza. Además, debemos considerar la identificación de la marca con dos referentes españoles, como son Marc Márquez -dos veces campeón del mundo de MotoGP- y Dani Pedrosa -campeón de 125cc y bicampeón de 250cc-.

El patrocinio no pudo comenzar mejor. En 1995, el piloto australiano Mick Doohan revalidó su título, ahora sobre la montura de una Repsol-Honda y consiguió los tres siguientes. En 1999 fue Alex Crivillé el que hizo historia con el equipo al ser el primer español en conquistar el campeonato de 500cc. Los éxitos seguirían con Valentino Rossi en 2001, 2002 y 2003, para continuar con Nicky Hayden (2006), Casey Stoner (2011) y, finalmente, el doble título de Marc Márquez (2013 y 2014).

Durante el acto de celebración del vigésimo aniversario de la alianza, que contó con la presencia de los máximos representantes de ambas marcas y los pilotos más laureados, se destacaron las claves del éxito de la relación. "En 20 años de trabajo conjunto entre Repsol y Honda, basado en desarrollo tecnológico y apoyo al deporte, se han sumado valores como la innovación, la responsabilidad y el compromiso. Compartirlos nos permite mejorar y aspirar a la excelencia dentro y fuera de los circuitos", recalcó Milagros Vior, subdirectora de Patrocinios de Repsol. Por su parte, Livio Suppo, Team Principal del equipo Repsol Honda, aseguró sentirse "muy afortunado por celebrar la colaboración con Repsol" pues, ante todo, "no se trata de un trato comercial, sino más bien tecnológico donde los ingenieros de ambas compañías trabajan juntos para producir gasolina, aceite y lubricantes específicos para la competición".

Estímulo para desarrollo y escuela

Para Repsol, el acuerdo con Honda va más allá del mero patrocinio deportivo y sirve de estímulo para desarrollar sus productos en el marco de una competición tan exigente. Esto se concreta en una estrecha relación entre los laboratorios de Honda en Saitama (Japón) y el Centro de Tecnología Repsol, que se encuentra ubicado en Móstoles (Madrid).

El contrato de la compañía energética con Honda no se limita al naming del equipo de la máxima competición del motociclismo, sino que también cuenta con una acción de promoción de la educación en este deporte. Se trata de la escuela Monlau-Repsol Technical School, que tiene como objetivo la formación de futuros especialistas en motocicletas y automóviles con el objeto de asegurar el futuro del motor español.

Monlau es un potente grupo dedicado a la enseñanza desde hace más de 30 años cuyo principal aval ha sido el aprendizaje práctico del alumnado. Monlau Competición nació en 1997 de la mano de Pío Ventura y se ha convertido por méritos propios en la escuela de referencia en España para formar mecánicos e ingenieros de competición. La clave de su éxito, como reconocen los propios directivos de la empresa, es que el claustro docente está en permanente contacto con los principales campeonatos, lo que facilita que el alumnado cuente con un plan de estudios actualizado y eminentemente práctico y real.

La fusión con Repsol tuvo lugar en 2013, cuando la compañía energética, con más de 40 años de patrocinio del deporte a sus espaldas, decidió impulsar el sector de la formación. De esta manera, los futuros ingenieros y mecánicos tienen la posibilidad de realizar sus prácticas en los equipos de la Escuela Monlau Repsol. Además, Repsol ofrece un paquete de becas a los mejores alumnos y premios para los dos proyectos finales más innovadores. Monlau y Repsol, según Teresa de Istúriz, directora de Publicidad, Marketing y Patrocinio de Repsol, es "una alianza que ha surgido de forma natural al compartir ambas empresas unos valores que giran en torno a la innovación, la tecnología y a las personas".

Los números están ahí. Más de 3.000 alumnos han pasado por las instalaciones Monlau Repsol Technical School a lo largo de sus más de 15 años de historia. El 60 por ciento está trabajando en el sector y más de 100 han conseguido hacerlo en las máximas competiciones, MotoGP y la Fórmula 1.

Todas estas acciones se traducen en resultados tangibles a nivel de imagen. Según el último ranking de Mejores Marcas Españolas de Interbrand, Repsol -que es la primera energética de la lista- se sitúa en séptima posición. La empresa incrementó su valor un 7 por ciento en 2015 y mantuvo su posición de liderazgo en estaciones de servicio, GLP y ventas directas. Además, según el estudio anual realizado por Personality Media sobre Motociclismo y Análisis de Marcas, el piloto más reconocido del Mundial, Dani Pedrosa, con una tasa del 95 por ciento de la población, mantiene una alta asociación con Repsol (43 por ciento), muy por encima de la percepción que se tiene de su vinculación con Honda (19 por ciento) y Red Bull (14 por ciento). Por su parte, y de acuerdo con los datos de la misma empresa, Marc Márquez es reconocido por el 92 por ciento de la población, que lo valora con una nota de 7.38 -Top Ten Personalities, julio 2016-.

El deporte es agitador inagotable de las pasiones y empresas como Repsol son conscientes de ello. El sector siempre resulta rentable y es el mejor escaparate para la marca. La relación es positiva para ambas partes: el deporte encuentra una fuerte financiación en unos momentos en los que escasea y la empresa se acerca de forma directa al usuario y a través de una actividad que le motiva, ilusiona y moviliza.

"Es rentable en reputación si los valores del deportista o equipo están alineados con el de la empresa", aseguró la jefa de patrocinios de Repsol, Beatriz Tobío, en las últimas jornadas sobre Patrocinio Deportivo de la UPF Barcelona School of Management (febrero 2016). La responsable de Repsol destacó que el éxito estriba en el tiempo y la involucración y dejó una clave: "Patrocinar no es poner un logo; todos los departamentos de la empresa han de participar, trabajar en la misma dirección y construir los valores de la marca a través de contenido relevante, único y exclusivo".

Aparte de los patrocinios mencionados, la actividad de patrocinio de Repsol, dirigida fundamentalmente al mundo del motor, contempla otras disciplinas. Claro ejemplo es el equipo de Trial, que también constituye un banco de pruebas de valor extraordinario para los combustibles y lubricantes de la marca. En él, la figura del mejor piloto de la historia, Toni Bou, supone el mejor acicate de vinculación con la excelencia.

También es relevante el FIM CEV Repsol, una competición para jóvenes pilotos que resulta la mejor catapulta para el mundial. Con esta competición, Repsol proyecta una apuesta por el talento y la lucha por conseguir los sueños.

Y, por último, la petrolera también es la encargada de patrocinar al equipo Bravo3 de vuelo acrobático, uno de los punteros de España en una de las competiciones más duras y arriesgadas del ámbito del motor.