Empresas y finanzas

Volkswagen cae en pérdidas tras casi triplicar su ?factura? por el escándalo



    El grupo alemán provisiona 16.900 millones por el impacto de las mediciones trucadas de gasesAudi, Porsche, Mercedes, Volkswagen y Opel revisarán más de 630.000 coches en Alemania

    La compañía Volkswagen tiene motivos para pasar página, aprender la lección y olvidar cuanto antes el pasado 2015. Durante ese ejercicio, el grupo sufrió una pérdida operativa de 4.000 millones de euros y unas pérdidas netas de 1.582 millones de euros, frente a las ganancias de 10.847 millones de euros que obtuvo en 2014. El motivo de semejante vuelco responde a la provisión de 16.900 millones de euros, importe con el que la compañía pretende compensar los daños multimillonarios provocados por las mediciones de gas trucadas de algunos de sus vehículos. Dicha partida casi triplica la destinada inicialmente por la compañía alemana. De hecho, en el tercer trimestre del año destinó 6.500 millones de euros para digerir el impacto de los 11 millones de vehículos afectados.

    Los efectos colaterales afectaron de inmediado al sector germano de la automoción, cuyas compañías arrastraron ayer a la baja al selectivo bursátil de Fráncfort. También se reducirá el dividendo de los accionistas en un 97 por ciento y se resentirá la remuneración variable del consejo de administración de la compañía, que en adelante verá menguados sus emolumentos el 39 por ciento, en comparación con los recibidos en 2014.

    En medio de semejante tormenta, las marcas más importantes del sector del automóvil serán examinadas con lupa en Alemania, meses después del escándalo de las emisiones. En esta ocasión no ha ocurrido como con la citada casa de automóviles, a la que se le descubrió un software con el que se medían erróneamente los niveles de gases emitidos. Pero para cerciorarse de que esto no vuelva a ocurrir, se llamará a talleres a unos 630.000 vehículos de las marcas Audi, Mercedes, Opel, Porsche y la propia Volkswagen. El motivo de esta revisión es la detención, tras ciertas pruebas realizadas a algunos utilitarios, de que el sistema de depuración de gases a temperaturas elevadas debe ser modificado para cumplir con la normativa establecida.

    El ministro alemán de Transportes, Alexander Dobrindt, declaró ayer en Berlín que tiene ?serias dudas sobre los dispositivos de control de emisiones contaminantes? de hasta quince fabricantes, entre los que también se incluirían Alfa Romeo, Hyundai, Fiat, Dacia, Nissan, Jaguar, Suzuki o Chevrolet. Desde el Ejecutivo advierten de que la exigencia de la revisión sólo puede realizarse en aquellas marcas cuya sede principal se encuentre en Alemania y, aunque se sospeche de otras compañías, deben ser los estados donde estén basadas los que decidan hacerlo.

    Tal y como ha declarado la Oficina federal de vehículos motorizados, el problema es que a ciertas temperaturas el sistema de depuración y limpieza de emisiones se desconecta. A pesar de que la directiva europea permite que esto se produzca para evitar accidentes o incluso para que el motor no arda o quede irreversiblemente dañado, desde el Ministerio de Transportes alemán explican que ?la horquilla de temperaturas en la que estos vehículos se desconectan es muy abierta y eso puede suponer que no sea simplemente por una justificación técnica?.

    Por seguridad se quiere evitar que se produzca otro escándalo automovilístico como el que afectó el año pasado a Volkswagen y cuyos réditos paga todavía Alemania.

    A pesar de que las ventas no han descendido, como se podía esperar, el fabricante de automóviles se enfrenta ahora a varias querellas procedentes de Estados Unidos, país en el que se operaba con estos softwares trucados y que le han hecho tener que llegar a un acuerdo para recomprar todos los vehículos afectados por las ficticias emisiones.

    Otros miembros de la Unión Europea que están revisando las emisiones de gas de sus vehículos son Francia o Reino Unido. Al otro lado de los Pirineos, los responsables del organismo de Competencia, Consumo y Fraude visitaron el pasado jueves las oficinas del grupo PSA en París para investigar la existencia de posibles anomalías, sin que se percibiera ninguna irregularidad. Tras requisar algunos materiales. Sobre este asunto, el consorcio galo confirmó que sus vehículos cumplen con las exigencias en términos de emisiones contaminantes en los países en los que opera y mostró su ?total cooperación? con las autoridades.

    Porsche, accionista mayoritario de Volkswagen, prevé registrar unas pérdidas netas de 273 millones de euros en 2015, como consecuencia de los resultados de Volkswagen, en el que posee un 30,8 por ciento del capital.