Empresas y finanzas
Las compañías chinas dan su 'gran salto adelante': se lanzan a diversificar con frenesí
- Desde enero cierran compras en Occidente por 113.000 millones de dólares
La china Anbang Insurance Group, ha puesto toda la carne en el asador para hacerse con el control de Starwood Hotels & Resorts Worldwide, propietaria de marcas como Sheraton o Westin, y se ha enzarzado en una guerra con Marriott International. La oferta de Shanghai Kaichuang por Conservas Albo es sólo un ejemplo de una tendencia creciente en el panorama empresarial chino, un nuevo 'Gran Salto Adelante', donde las grandes compañías se han lanzado a diversificar a un ritmo sin precedentes.
Si en la anterior oleada de compras en el exterior lo habitual era ver a inversores chinos asegurándose el suministro de materias primas y fuentes energéticas, ahora las compañías del gigante asiático están aprovechando que tienen la caja llena de efectivo y que los bancos estatales les prestan con desparpajo para entrar en todo tipo de activos en Occidente, desde fabricantes de grúas a estudios de Hollywood.
Las firmas chinas acumulan compras en el exterior por valor de 113.000 millones de dólares (unos 100.000 millones de euros) sólo en lo que va de año. El premio se lo lleva la China National Chemical Corp., con su oferta de 46.000 millones por uno de los líderes del mercado de los pesticidas y las semillas transgénicas, Syngenta.
Saliendo de compras, las compañías de China parecen estar cumpliendo al pie de la letra el mandato del líder supremo, el presidente Xi Jinping, de incrementar su cuota de mercado a nivel global y conseguir transferir tecnología hacia dentro de sus fronteras en un intento por paliar la deceleración de la economía del país.
Para los bancos de inversión esta oleada de compras transcontinentales es una oportunidad sin precedentes, pero para los consejeros delegados de Europa y Estados Unidos estamos ante una fuente de preocupaciones: pronto el vecino podría ser un feroz competidor chino.
Una oportunidad única
"Estamos llegando a la mayoría de edad de la china corporativa. Se trata de una estrategia deliberada para invertir en (satisfacer) la demanda de la creciente clase media y para hacerse con nuevas tecnologías", afirma Hernan Cristerna, de JPMorgan Chase.
En la era de la libre circulación global de capitales, no debería extrañar que los inversores chinos tomen el control de lo que eran visto hasta ahora como empresas nacionales. Pese a ello, no bastará con sacar la chequera.
Los compradores asiáticos tendrán que demostrar a sus nuevos empleados, a los reguladores occidentales y al resto de accionistas que saben cómo integrar sus nuevas filiales en su estructura, y que son capaces de ajustarse a sus propios compromisos. Si fallan, perderán de acuerdo a Cristerna "una oportunidad real de establecerse en el campo de juego mundial, una que tardarían mucho en volver a tener ante sí".