Empresas y finanzas

Una empresa australiana intenta reflotar la pasión por la ropa de surferos

  • SurfStitch quiere devolver a los surferos su identidad de tribu
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Las acciones de Billabong y Quiksilver, las dos mayores productoras de material deportivo para hacer surf, llegaron a tocar máximos en 2007, justo antes de desplomarse. Los días en los que prácticamente todos los alumnos de los institutos de medio mundo usaban a diario las marcas de ropa que habían nacido para el surf ya quedan lejos y, de hecho, el pasado año Quiksilver pidió acogerse al concurso de acreedores.

Mientras tanto, una pequeña compañía intentaba revivir esa pasión por un estilo de vida despreocupado, en el cada día es verano. SurfStitch, nacida en Australia, sale a bolsa en 2014 y comienza a adquirir empresas especializadas como Surf Hardware International, Surfdome, Swell, Garage Entertainment and Production, Magicseaweed...

Y, de pronto, la pequeña empresa australiana se convierte en un actor global, con unas ventas semestrales de 109 millones de dólares, y planea unificar su emporio valorado en más de 1.000 millones bajo la marca Swell.

Y de pronto su consejero delegado, Justin Cameron, anuncia que dimite y comienza a sondear a diversos inversores para sacar de cotización a la compañía. Ayer mismo, y en respuesta a la dimisión, los accionistas nombran a su propio consejero delegado y dejan que el cofundador de la compañía, Lex Pedersen, se siente a su lado en el Consejo de Administración.

El mercado debe estar confiando en las posibilidades de Surfstich, porque tras conocerse los últimos cambios en la cúpula, las acciones de la fabricante se han disparado más de un 20%.

El plan de Pedersen es tan simple como ambicioso, y pasa por devolverle a la comunidad de surferos su propia identidad, su carácter de tribu. Tras llegar a grandes capas del mercado, el estilo de esta ropa había perdido su carácter distintivo, y era hora de recuperarlo.

La idea es que no hace falta llegar a millones de consumidores si puedes fidelizar a unos pocos, pero que compran compulsivamente tus productos. Para ello, SurfStitch  planea abrir unas cuantas tiendas insignia en todo el planeta, que en vez de estar situadas en las grandes capitales se instalarán donde deben estar: mirando al mar.