Empresas y finanzas

Los ecologistas ganan: Obama fulmina el gigantesco oleoducto Keystone XL

  • Ha hecho del proyecto una bandera de su postura sobre el cambio climático
  • Con 1.900 kilómetros de largo, conectaría Canadá y el Golfo de México
La instalación habría cruzado 6 estados en EEUU y habría entrado en Canadá


El presidente de los Estados Unidos ha concedido a los grupos ecologistas su mayor victoria en décadas, y les ha entregado en bandeja su pieza más preciada: el gigantesco oleoducto Keystone XL. Este viernes la Casa Blanca ha rechazado el permiso para construir la tubería de unos 1.900 kilómetros de longitud dedicada a conectar los depósitos de crudo no convencional de Canadá y los campos de fracking del noroeste de EEUU con las refinerías del Golfo de México, con capacidad para mover 830.000 barriles al día.

Precisamente esta semana TransCanada, la empresa que impulsaba el proyecto, realizó un intento desesperado para mantenerlo a flote hasta 2017 solicitando a las autoridades federales que pausasen la tramitación.

Con la decisión de Barack Obama, que había convertido a Keystone XL en una de las banderas de su programa de lucha contra el cambio climático, el futuro del oleducto parece condenado al fracaso.

Un proyecto sin retornos positivos

El presidente de EEUU ha venido recordando que la extracción de crudo a partir de arenas bituminosas como las de Alberta (en Canadá) expulsa carbono a la atmósfera mucho antes de que el combustible se queme. También ha insistido en que Keystone XL apenas crearía puestos de trabajo y no serviría para rebajar el precio que pagan los conductores por el combustible.

Todos los candidatos del partido Demócrata en las primarias para elegir al candidato a presidente han expresado que están en contra del proyecto, mientras que en el lado de los conservadores la situación es la inversa.

"Es una gran victoria, es histórica", afirma el director del grupo contra el cambio climático 350.org, que remarca además que "sienta un importante precedente que podría tener grandes repercusiones en la industria de los combustibles fósiles".

Las acciones de TransCanada han caído en bolsa un 6% después de que se conociese la noticia, aunque el mercado había descontado ya en buena medida el anuncio de Obama. En lo que va de año se ha dejado un 25% de su valor de mercado.