Empresas y finanzas
Las tabacaleras plantean sustituir la etiqueta fiscal contra el tráfico ilícito
- El sector cree que el actual precinto es inseguro contra el contrabando
Javier Romera
La industria tabacalera ha encontrado una vía más eficaz que la existente hasta ahora para la lucha contra el contrabando. Las cuatro grandes empresas del sector -Philip Morris, Japan Tobacco International (JTI), British American Tobacco (BAT) e Imperial- se han aliado para el desarrollo de un sistema común que permita la sustitución del actual precinto fiscal, ganando así espacio para las marcas una vez que entre en vigor la nueva directiva europea que obliga a que la advertencia sanitaria ocupe el 65% del espacio de cada cajetilla. El contrabando de cigarrillos registra la mayor caída en la crisis.
Estas empresas, que representan el 75% de las ventas a nivel global, iniciaron ya hace tiempo la implantación en las cajetillas de un código alfanumérico (12 números y letras) con el que controlar la autentificación del producto, su trazabilidad y la verificación fiscal de que ha tributado como debe. Es lo que se conoce ya como el codentify, tal y como adelantó hace un año elEconomista.
El código es capaz de aglutinar la fecha y hora de fabricación, la máquina de producción, la marca y variante, el volumen, el tipo de envase, el mercado de venta al que va destinado, el precio y nivel impositivo, además de cualquier otra información adicional requerida por la legislación del mercado de destino local o internacional.
Según explican desde el sector, se trata de un sistema mucho más eficaz que el simple precinto fiscal, pero se ha encontrado con una fuerte oposición por parte de la empresa suiza Sicpa, suministrador de la tinta para las etiqueta fiscales de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre desde 1948, y que está llevando a cabo distintas campañas de lobby tanto en España como ante la Comisión Europea, donde ha contratado al despacho de Ana de Palacio, para defender la seguridad de su sistema.
El problema, según los expertos consultados por este periódico, es que su herramienta, basada principalmente en el papel timbrado "sólo marca el paquete y no el cartón o la caja, lo que impide seguir el producto a lo largo de la cadena de suministro, con lo que sus resultados son prácticamente marginales". Según estos expertos, frente a lo que garantiza Codentify, el actual sistema de Sicpa "es inseguro respecto a la falsificaciones, mermas o pérdidas no justificadas de etiquetas fiscales y no pemite además a los Gobiernos aprobar online la producción ni saber por tanto con anticipación la recaudación". En el sector existe además preocupación porque Sicpa se ha visto envuelta en un caso de corrupción por el supuesto pago de sobornos en Brasil.
En España, mientras tanto, el Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales está trabajando para mejorar los instrumentos dedicados a la represión del contrabando de tabaco, incluyendo nuevas herramientas normativas, como el refuerzo del régimen sancionador vinculado con el tráfico ilícito, que prevé la reforma de la Ley General Tributaria.
La Agencia Tributaria ha intervenido en la última década más de 116 millones de cajetillas de tabaco de contrabando , lo que supone más de 280 contenedores de tabaco ilícito, deteniendo a 131 personas. La buena noticia es que el contrabando, al menos, está cediendo.