Empresas y finanzas
Gobierno aboga normalización relaciones laborales VW-Navarra
Pamplona, 13 sep (EFECOM).- El consejero de Industria, José Javier Armendáriz, defendió hoy la actuación del Gobierno foral en relación con el conflicto de Volkswagen Navarra y apostó por la normalización de las relaciones laborales de la planta de Landaben y por conseguir los mayores niveles posibles de plantilla y producción.
Asimismo deseó que el "convulso proceso negociador" que se prolongó durante 19 meses y supuso 28 jornadas de huelga y la pérdida de fabricación de 19.938 vehículos "no acarree consecuencias irreparables", tras lo que invitó a reflexionar sobre lo sucedido para que en futuros procesos negociadores no se repitan los errores.
Armendáriz se pronunció en este sentido en una comparecencia ante la comisión de Industria, solicitada por EA para que informara sobre la situación laboral de Volkswagen Navarra, multinacional que, según el consejero, no está en la Comunidad foral "por las subvenciones que recibe del Gobierno sino porque tiene una planta que cumple los parámetros de productividad que exige el grupo".
El consejero, quien se mostró optimista respecto al futuro y aludió en ese sentido a las inversiones llevadas a cabo en la factoría, precisó que a fecha de hoy la compañía aún no ha tomado la decisión sobre la asignación de producciones para el año que viene y se desconoce dónde se fabricará el modelo que sustituirá al Polo.
En su repaso del proceso de negociación del convenio que concluyó con la aprobación en referéndum de una prórroga del convenio hasta el 31 de marzo de 2007, incidió en que el Gobierno "comenzó a hacer declaraciones" ante "la alarma social" que generó la carta en la que el presidente de VW Navarra indicaba al presidente del comité que si no se firmaba el acuerdo se verían obligados a planificar la producción del sucesor del Polo en otras plantas.
Entonces el Ejecutivo "tomó la iniciativa ofreciendo una salida" y planteó un arbitraje voluntario que fue bien aceptado, aunque finalmente su propuesta fue rechazada por las partes.
Reconoció que a partir de ahí "se endurecieron las posiciones" y se produjeron actos "lamentables" como los enfrentamientos de trabajadores con la Policía Foral, el anuncio por la compañía de la construcción de una nueva fábrica en Rusia, el desvío de producción a Bruselas y Sudáfrica, continuaron las huelgas y la empresa inició despidos por bajas prolongadas y absentismo.
A partir de mayo se sucedieron las reuniones de los sindicatos mayoritarios con la dirección y finalmente la dirección retiró su última oferta y propuso la prórroga del anterior convenio que, tras nuevas negociaciones, fue aprobada por la plantilla en referéndum.
En relación con la dependencia de las empresas auxiliares a la planta de Landaben el consejero señaló que es "cada vez menor" y abogó por "una diversificación de su cartera de clientes".
En cuanto a las actuaciones que lleva a cabo su departamento en relación con el sector del automóvil, destacó la puesta en marcha desde octubre de 2005 del programa europeo ICARO, gracias al cual dispondrán de "un diagnóstico actualizado sobre la situación del sector" que permita "anticipar y responder a los cambios".
Los grupos de la oposición, PSN, IUN, Aralar y EA, no compartieron su opinión en cuanto a la actuación del Ejecutivo y criticaron especialmente las declaraciones del presidente Miguel Sanz sobre el conflicto, mientras que UPN y CDN la consideraron correcta.EFECOM
mg/mdo