El contable del Espírito Santo admite que ocultaban deuda desde 2008
- El maquillaje comenzó con 'sólo' 180 millones de euros
Francisco Machado da Cruz, contable de la Espírito Santo International (ESI) y responsable de controlar la parte financiera del grupo y la empresarial, admitió hoy que hubo ocultación de deuda desde el 2008. Machado da Cruz compareció hoy ante la comisión parlamentaria que investiga lo ocurrido en el GES, cuya caída se llevó por delante también al Banco Espírito Santo (BES), aunque lo hizo "a puerta cerrada", sin la presencia de periodistas.
No obstante, varios medios lusos han filtrado informaciones que supuestamente corresponden a las declaraciones del contable. Según estas fuentes, Machado da Cruz, señalado por el expresidente del BES, Ricardo Salgado, como uno de los grandes culpables del derrumbe del grupo, reconoció la ocultación de deuda, pero siempre bajo la supervisión del propio Salgado.
Machado da Cruz dijo que la ocultación y acumulación de pasivo comenzó en el 2008, con 180 millones, hasta llegar a 1.300 millones que dictaminaron en el verano del 2014 el inicio del fin del BES, el entonces segundo mayor banco portugués.
Esta versión del contable, que se mostró arrepentido por lo sucedido y pidió perdón por su acción, contradice la de Ricardo Salgado, que el pasado diciembre aseguró, también ante los diputados, desconocer las irregularidades contables de la ESI.
"Con siete meses para resolver un problema de esa magnitud (1.300 millones de deuda no declarada), era completamente imposible", declaró Salgado entonces, para justificar la caída del grupo y apuntar el dedo a Machado da Cruz.
El contable justificó hoy esa ocultación de deuda como un acto de lealtad tanto al grupo Espírito Santo, como al propio Salgado.
Este pasivo no declarado, supuestamente acumulado entre el 2008 y el 2012, se fue extendiendo entre el 2013 y el 2014 en el complejo entramado del clan Espírito Santo hasta llegar al ramo no financiero Rioforte, que entró en julio en concurso de acreedores.
Semanas después, el Banco de Portugal (BdP) decidió intervenir en el BES por el riesgo de contagio en el sistema financiero y lo escindió el 3 de agosto en una parte "saludable", bautizada como Novo Banco y reflotada con 4.900 millones (la mayoría de un crédito público), y en otra tóxica, abocada a la liquidación.