Zapatero pidió a Trichet que el BCE comprase deuda pública
- El expresidente se mostraba preocupado por tensiones financieras
El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado la correspondencia entre el anterior presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, y expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. Entre sus peticiones, Zapatero solicitaba que el BCE comprase deuda pública gracias a su "papel crucial en la reducción de las tensiones". El expresidente reclamaba que adquiriese "un volumen suficiente para estabilizar los mercados y asegurar el funcionamiento correcto del mecanismo de transmisión de la política monetaria".
Tales acciones debían mantener su impacto hasta que la posibilidad de intervenir en el mercado secundario a través de la Facilidad Europea para la Estabilidad Financiera (EFSF, en sus siglas en inglés), decía el entonces presidente del Gobierno español en una carta fechada el 6 de agosto de 2011.
"Confío en que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo contribuirá, con la adopción de esta medida, a responder a las circunstancias excepcionales que amenazan la zona del euro", según Zapatero.
Zapatero escribió a Trichet que el Gobierno español iba a acometer medidas "en línea con las propuestas" realizadas por el presidente del BCE en una carta anterior y le pide que intervenga en el mercado de deuda soberana para ayudar a España.
Zapatero se refiere a nuevas medidas de consolidación fiscal para reducir el déficit presupuestario en un 0,5 % del Producto Interior Bruto (PIB) con el objetivo de que no se exceda el déficit presupuestario del 6 % del PIB a finales de 2011.
Medidas para reducir el gasto
Las medidas específicas incluían reducción del gasto farmacéutico de 2.400 millones de euros, mejoras en la gestión del impuesto de sociedades por 2.500 millones de euros en 2011, ingresos adicionales de la subasta de parte del espectro radioeléctrico -que suponían 2.000 millones de euros- y medidas estructurales para el mercado laboral.
Zapatero citaba "la reforma de la negociación colectiva" para aumentar la flexibilidad empresarial y la intención del Gobierno español de aprobar "cambios regulatorios en la normativa laboral, mejorando la flexibilidad en la contratación para incrementar así la creación de empleo".
Recuerda que los sindicatos acordaron no vincular las subidas salariales con la inflación, sino con la productividad, siguiendo uno de los objetivos que Trichet había establecido en su carta anterior.
Tensiones financieras
Zapatero manifestó a Trichet su preocupación por las repercusiones de las tensiones financieras en ese momento para España, así como la dificultad de que las reformas estuvieran operativas plenamente en el corto plazo.
"Es imposible que tales reformas estén plenamente operativas en el corto plazo para corregir las disfunciones que se están produciendo en este momento en los mercados financieros", decía Zapatero en la carta.